miércoles, 30 de julio de 2014

Genocidio

Por más que señalen a Gaza como un nido de extremistas radicales, por más que se empeñen en vender la paz de occidente como una batalla contra el malvado oriente, por más que nos hagan creer que una religión tan discriminatoria es un atraso para la evolución social, por más que nos hagan creer que aquello es una guerra; matar cientos de personas al día, exterminar niños y expulsar a familias de su hogar es un genocidio. Esa es la palabra.

martes, 29 de julio de 2014

La boda del año

La satisfacción se representa con una sonrisa y se refleja en una mirada. Los planes suelen generar angustia hasta que llega el día señalado. Tantas horas de trabajo, tanto dinero invertido y tantas ilusiones puestas para que todo salga bien. Y cuando llega el día, de repente te das cuenta de que todo está en el aire. Surgen las dudas, crecen las expectativas y te señalas a ti mismo cuando crees que hay algún cabo suelto. Pero cuando llega el día y los acontecimientos se encadenan como una fila de fichas de dominó dispuestas a formar la imagen más bella del mundo.

Cuando uno ve a una novia caminar hacia el altar mojada en lágrimas, es cuando es consciente de la importancia que tiene el día para ella. La transcendencia la marca el momento y el momento es el que suele tacharse en el calendario. Cita obligatoria, ruegos incontenidos. El enlace matrimonial se fue convirtiendo en el desenlace de un cuento de hadas. El sí quiero bajo la sombra de un árbol centenario, los columpios aún resistiendo a la inercia con un breve balanceo, el viva los novios de un niño pequeño y el beso final entre aplausos de reconocimiento.

El agradecimiento de cada persona se representa con un gesto, un beso o una sonrisa cómplice. El día que mi hermano pequeño se casó con Marta, vi miles de conatos de agradecimiento y comprendí que quien entrega todo lo que tiene suele recibir a cambio todo lo que le pueden dar. Ellos se empeñaron en convertir el día en inolvidable y el día se convirtió en el más feliz de sus vidas. Yo, que tuve mi pequeña representación en forma de palabra y me uní a la fiesta con el entusiasmo de un niño pequeño, solo puedo resumir el día en una palabra: Bodón.

Sed muy felices, chicos.