¿Qué podemos esperar?
Hace 4 meses
Los días normales de un tipo normal
 Los días en el fin del mundo son especialmente bonitos; amanece con magia, el viento sopla con fuerza, el mar se crispa en pinceladas de blanco y azul, el cielo, cuando brilla, lo hace con fuerza y en cada anochecer hay un recuerdo flotando en una atmósfera de nostalgia. Los días en el fin del mundo son especialmente bonitos si se viven en familia, abrazado por las noches y madrugando en busca de la sonrisa de un niño, buscando un gesto de agradecimiento, encontrando un balbuceo, buceando por un beso y descubriendo un tesoro entre juegos. Los días en el fin del mundo son especialmente bonitos cuando el paladar disfruta el placer de la naturaleza marina, cuando el tacto recorre el paisaje con el vello de punta, cuando el oído redescubre sintonías de infancia, cuando en la nariz se posan los aromas del mar, cuando la vista no puede abarcar tanta belleza. En definitiva, los días de vacaciones, en el fin o en el principio del mundo, son especialmente bonitos.
Los días en el fin del mundo son especialmente bonitos; amanece con magia, el viento sopla con fuerza, el mar se crispa en pinceladas de blanco y azul, el cielo, cuando brilla, lo hace con fuerza y en cada anochecer hay un recuerdo flotando en una atmósfera de nostalgia. Los días en el fin del mundo son especialmente bonitos si se viven en familia, abrazado por las noches y madrugando en busca de la sonrisa de un niño, buscando un gesto de agradecimiento, encontrando un balbuceo, buceando por un beso y descubriendo un tesoro entre juegos. Los días en el fin del mundo son especialmente bonitos cuando el paladar disfruta el placer de la naturaleza marina, cuando el tacto recorre el paisaje con el vello de punta, cuando el oído redescubre sintonías de infancia, cuando en la nariz se posan los aromas del mar, cuando la vista no puede abarcar tanta belleza. En definitiva, los días de vacaciones, en el fin o en el principio del mundo, son especialmente bonitos. La justicia no es lo mismo que la venganza. Para haberse podido hacer justicia, las tropas estadounidenses deberían haber detenido a Osama Bin Laden, deportado a su país, juzgarlo, sentenciarlo y hacerle cumplir condena. Eso es justicia. Sin embargo, optaron por el ataque preventivo, por el asesinato y por la celebración en masa. Eso es venganza. Habría que hacer memoria para encontrar un premio Nóbel de la Paz que haya ordenado una ejecución. Supongo que desde Kissinger. Obama pierde puntos en el resto del mundo pero los gana en su país. Así es Estados Unidos; prefieren alimentar el odio a establecer la paz.
La justicia no es lo mismo que la venganza. Para haberse podido hacer justicia, las tropas estadounidenses deberían haber detenido a Osama Bin Laden, deportado a su país, juzgarlo, sentenciarlo y hacerle cumplir condena. Eso es justicia. Sin embargo, optaron por el ataque preventivo, por el asesinato y por la celebración en masa. Eso es venganza. Habría que hacer memoria para encontrar un premio Nóbel de la Paz que haya ordenado una ejecución. Supongo que desde Kissinger. Obama pierde puntos en el resto del mundo pero los gana en su país. Así es Estados Unidos; prefieren alimentar el odio a establecer la paz.