martes, 30 de noviembre de 2021

El germen

La Real Academia Española de la Lengua, en su diccionario, cabecera para cada una de las palabras indefinidas que rondan en mi cabeza, ofrece, para germen, cuatro definiciones que bien podríamos emplear para el desarrollo, fundamentalización e inclusión de la ideología ultraderechista que está salpicando nuestras conciencias y manchando de lodo la política de nuestro país.


1. Esbozo que da principio de desarrollo a un ser vivo.

Cuando Podemos irrumpió de la nada, sin altavoz mediático ni aviso previo, la maquinaria necesitó un contrapeso que hiciese subir la balanza del lado derecho y en esas apoyaron la iniciativa impulsada por un grupo de ideólogos y encabezada por Albert Rivera. Cuando comprobaron que la apuesta era más un farol que una mano ganadora, necesitaron revivir viejas rencillas y dieron foco a un partido que, hasta entonces estaba totalmente desaparecido. Las redes se llenaban de memes burlándose de la poca incidencia de Vox en las anteriores elecciones y entonces se viralizó un vídeo de Santiago Abascal en caballo amenazando con reconquistar Andalucía ¿Reconquistar para quién? Lo que necesitaban reconquistar era el voto ideológico y por ello movieron el árbol para ver cuántas peras caían. Y de ahí surgió el germen. Aquel esbozo dio principio de desarrollo a su ser vivo cuyos tentáculos buscaban presa y cuyo hambre no iba a esconder remilgos.


2. Parte de la semilla de que se forma la planta.

Una vez plantada la semilla solamente había que esperar a que se formasen las primeras raíces. El discurso directo, populista y sin ambages funcionó y la ultraderecha entró como un cohete en el parlamento andaluz. Lo que ocurrió entonces fue una reacción inversamente proporcional a lo ocurrido con el auge de Podemos. Si cuando Podemos entró en las instituciones todos los medios se apresuraron a hablarnos de Venezuela, de las becas de Errejón y de las fanfarrias de Monedero, esos mismos medios callaron y se mostraron cómplices ante los mensajes de odio, de repente, las propuestas indecorosas de Vox no molestaban como si lo hacían las propuestas sociales de la nueva izquierda. Algo empezaba a germinar de manera peligrosa.


3. Primer tallo que brota de una planta.

Brotado el tallo, cualquier intento de cercenarlo suena más a planticidio que al mero trabajo de extirpar arbustos invasores. La democracia, como la mujer del César, no sólo debe ser honesta sino también parecerlo. Tocaba, pues, luchar con la palabra contra su odio. El problema es que fueron ellos los que se adueñaron del altavoz mediático y fuimos nostros los que fuimos viendo como crecían hasta alcanzar una altura considerable. Les daban foco, cámaras y acción. Entrevistas, minutos de variedades y horas de tertulia, y en casi ningún caso salían mal parados. Y una vez allí, floreciendo en el jardín de nuestra democracia, no iban a desaprovechar la oportunidad de establecerse como la auténtica especie dominante.


4. Microorganismo patógeno.

Hecho el daño, ya sólo faltaba propagar la enfermedad. No sólo entraron en nuestras casas y en nuestras tertulias, sino que entraron en las instituciones. Primero en el Parlamento, por la vía legal del voto, algo que hay que aceptar, y luego en los tribunales, por la vía del conchabeo. De todos es sabido que el sistema judicial español, a la hora de optar a plaza, no favorece tanto la meritocracia como la dinerocracia. Es decir, alguien de un estatus social más acomodado, tendrá siempre más opciones que alguien que no se puede permitir estar opositando hasta una avanzada edad y, si lo puede hacer, tiene que compaginar los estudios con un trabajo con la situación de desventaja en que ello le sitúa. Así pues, llenos los tribunales de jueces adeptos a la causa, tan sólo había que tirar bombas para hacer que explotasen. Si les molestan las encuestas de Tezanos, siempre habrá un juez amigo que lleve a trámite su denuncia por malversación. Si creemos que el necesario Estado de Alarma era inconstitucional, siempre habrá un amigo que me apoye en la denuncia. Si nos molestan las pintas de un perroflauta en el Congreso, vamos a tirar por tierra su carrera política. Y así, con las instituciones contagiadas por el peor virus de la historia moderna, tan sólo queda contagiar a la población para que su enfermedad sea nuestra tortura definitiva.


5. Principio u origen de una cosa material o moral.

Suele suceder que, cuando tu rival en el espectro ideológico, siente tus fauces acosando sobre sus resultados, su mutación, en lugar de conducir a la moderación, se encamine hacia una radicalización muy similar. Por ello, el Partido Popular, en lugar de desmarcarse del discurso ultraderechista, lo ha abrazado y, en algunas ocasiones, lo ha adoptado como suyo. La verdad, no vamos a mentirnos, es que los ultraderechistas estaban antes allí, lo que pasa es que el partido tenía fuerzas lo suficientemente moderadas como para saber callarles. Ahora, con el germen esparcido por toda la sociedad, ni unos callan ni los otros quieren que callen. Por ello, acuden a misas en homenaje a dictadores, liquidan los servicios públicos y atacan los principios de la democracia sin ponerse colorados y sin un ápice de arrepentimiento, porque saben que si moderan el discurso los votos cambian del azul al verde y que más vale una buena confrontación, aunque sea estúpida, que un buen entendimiento. Y es que unos, ya contagiados por los otros, han comprado no sólo el discurso sino las formas. Al enemigo ni agua, predican, y al ciudadano migajas. Bastante tonto es el populacho ya para saber comprar su ignorancia y bastante listos son los medios de comunicación para saberla vender en frasquitos de cristal.


martes, 23 de noviembre de 2021

Logroño

Todos los que siguen mi blog, que son pocos, saben que me gusta viajar y que si no lo hago más es por la ausencia de dos factores fundamentales a la hora de poder cumplir cualquier sueño: tiempo y dinero. Siendo un simple asalariado como soy y trabajando Sagrario casi todos los fines de semana como lo hace, tenemos que buscar huecos en el calendario para organizar algún viaje y así poder conocer algún rincón de España.

El último ha sido Logroño y cabe decir que me ha resultado una ciudad muy bonita al tiempo que acogedora. Su casco antiguo está lleno de calles con encanto, entre la que sobresale la archiconocida calle Laurel, llena de bares en las que puedes degustar las mejores tapas al mejor precio. Y es que el español, al tiempo que busca turismo también busca gastronomía, lo llevamos en la sangre y por eso disfrutamos aún más porque era conocer un nuevo punto y tomar una nueva cerveza. Qué le vamos a hacer, nos gusta la buena vida.

Pero si nos gustó Logroño, lo mismo tenemos que decir de Laguardia, un pueblo que llevaba más de veinte años queriendo visitar y en cuyas calles sobrevive el espíritu medieval de quien convirtió la villa en baluarte del condado. Una zona, además, que el otoño pinta de marrón violáceo las hojas de los millones de viñas que pueblan el paisaje.

Un viaje más que recomendable. Y en familia, como siempre, mucho mejor.

miércoles, 17 de noviembre de 2021

Pepe Soplillo

El Kiosko era un programa infantil de variedades en el que nos intentaban enseñar que el mundo podía ser mucho más divertido. Entre canción y canción, nos enseñaban a hacer dibujos, nos mostraban un divertido experimento científico o nos representaban algún teatrillo peculiar.

Pero si hubo un personaje por el que el programa pasó a la historia, fue el de Pepe Soplillo. Con la voz del inconfundible Pepe Carabias, Soplillo era un muppet animado que nos contaba sus hazañas, opiniones y desventuras. Tan evidentes fueron sus características orejas grandes que al orejón de cada clase se le empezó a decir, inmediatamente, que tenía orejas de soplillo.

miércoles, 10 de noviembre de 2021

Lucha de gigantes

Lucha de gigantes convierte el aire en gas natural. Ya lo anunció Antonio Vega de manera intrínseca, metafórica e incluso peyorativa, las luchas de gigantes siempre terminan con un derrotado en el suelo aplastando, sin pudor ni lástima ninguna a aquellos ingenuos que observan el torneo desde su atalaya creyendo que el espectáculo les es ajeno cuando, realmente son las verdaderas víctimas de una guerra que, como todas, no han salido a buscar.

Porque en esta guerra por el aire, el gas, la luz y los combustibles fósiles, van a ganar las fortunas, van a trincar los políticos aunque pierdan la base de su gobierno y van a perder, por goleada, los consumidores quienes, abyectos ante la subida desproporcionada de los precios, comprobarán como sus bolsillos se desinflan y sus economías se resienten. Porque subirán los precios, la inflación y el IPC, pero los sueldos seguirán igual no vayamos a darle a los pobres obreros la oportunidad de competir en esta crisis que, como todas, les ha llegado como puñalada trapera.

Que la economía no es más que un mero juego de mercados nos quedó claro a todos el día que la economía hizo crack gracias al maniqueo practicado por cuatro especuladores con las hipotecas subprime. Declarado tóxico este producto, toca introducirse en la inversión especulativa en otra rama más sostenible y, sobre todo, más diferenciable por necesidad. La sobreexposición de los precios de la energía, combinados con los cuellos de botella en el transporte marítimo, amenazan con llevar de nuevo a la economía a un caos del que siempre sacan ganancia los mismos pescadores. Se trata de revolver el río, hacer flotar a los peces muertos y dar carroña como carnaza a los incautos mientras ellos celebran, una vez más, el banquete de bienvenida a una nueva crisis. Toda lucha de gigantes tiene un perdedor preestablecido.