jueves, 29 de diciembre de 2022

Navidades completas

Por fin.

Después de años y años, quitando embarazos y bajas por maternidad, podemos pasar las navidades completas en familia. El turno de noche en el sector sanitario es lo que tiene, hay cuadrantes y tienen que respetarse y este año el cuadrante nos ha favorecido gracias al egoísmo de unas compañeras en una historia que voy a pasar a relatar.

Empecemos estructuralmente: en la residencia donde trabaja Sagrario hay dos grupos de tres personas para el turno de noche en un cuadrante rotativo de tres, tres; es decir tres días de trabajo y tres días libres. Toque como toque. Igual te puede tocar un domingo, que un jueves santo o una Nochebuena. Hace años, cuando ella entró a trabajar directamente al turno de noche, en el que ya había trabajado otros doce años en otra residencia, el cuadrante les favorecía visiblemente puesto que a su grupo les tocaba librar las dos noches importantes de Navidad: Nochebuena y Nochevieja. En visos de que un grupo iba a librar las dos y el otro las iba a trabajar, se llegó a un razonable consenso por el cual, a partir de entonces, cada año, cayesen como cayesen los cuadrantes, uno de los grupos haría una noche y el otro haría la otra. Y así estuvieron durante un lustro; Sagrario trabajaba bien Nochebuena, bien Nochevieja y nosotros nos comíamos las uvas sin ella o ella se ponía un gorro de Papá Noel sin poder celebrarlo con nosotros. Era asumible, todos perdíamos una noche pero también ganábamos otra. Hasta que llegó 2020.

Aquel año se cebó con ellas de la peor de las maneras. El Covid les puso de cara a la realidad y se dieron cuenta de que aquellos ancianos a los que cuidaban eran más un número que un cliente al que mimar hasta el fin de sus días. La mayoría de ellos fueron muriendo como perros, sin ser atendidos en hospitales y acumulándose sus cuerpos en el túmulo como si fuesen carne de segunda categoría. Un caos de lágrimas, esfuerzos y muchos días en vela tras noches interminables. Al final de año, con todos confinados y sin la posibilidad de pasar las Navidades con más familia que el núcleo del hogar, el cuadrante favoreció al otro grupo, es decir, eran ellas las que libraban las dos noches importantes y, oh, sorpresa, se descolgaron diciendo que su ritmo biológico les impedía hacer una noche más y que por ello rompían el acuerdo y eran ellas las que libraban las dos noches, dejando a Sagrario y sus compañeras en la obligación, por cuadrante, de trabajar tanto Nochebuena como Nochevieja. Bonito premio para el años más duro de sus carreras.

Así que allí me vi cenando las dos noches con los niños, echándola de menos y maldiciendo el egoísmo de quien recibió altruísmo y respondía con malicia. Pero claro, donde las dan las toman y San Martín siempre llega. Y tocó que este año Sagra libra las dos noches y ellas, claro, quisieron volver al acuerdo anterior y les dijeron tururú y aunque sepamos que llegarán años en los que volvamos estar solos, sabemos que este año podemos disfrutar, por fin, unas Navidades completas con ella y todos gritamos albricias y las disfrutamos a tope, porque tanto ella como nosotros nos lo merecemos.

Por fin.

domingo, 4 de diciembre de 2022

Dentro del laberinto

Muchos de quienes se enamoraron de Jennifer Connelly después de haberla visto en "Réquiem por un sueño" o en "Una mente maravillosa", desconocían que muchos de nosotros ya nos habíamos enamorado de ella cuando era una jovencita sin apenas voluptuosidad.

Aquella jovencita de cara angelical nos ganó el corazón en aquella aventura casi imposible dentro del laberinto ideado por Jim Henson. Sarah, una niña tímida y audaz, debía adentrarse en un laberinto lleno de duendes para rescatar a su hermano. Con los años, además de una frikada, se ha convertido en una película de culto. Nosotros, aunque hace tiempo que no hemos vuelto a verla, recordamos aquellos fotogramas con mucha nostalgia. Y recordamos, como no, al incombustible David Bowie gobernando en el laberinto con su mirada estridente y su maliciosa sonrisa.