No tengo ganas de dar muchas explicaciones. Solamente quiero decir que "hijo de puta" hay que decirlo más.
Hay que decirlo más.
La hora chanante - Hijo de Puta xdang3rx por xdang3rx
Los días normales de un tipo normal
 En los primeros pasos de un bebé perviven los primeros ecos de la supervivencia, la exploración de la inquietud, la experiencia por el conocimiento, la felicidad por le esfuerzo recompensado. Ellos caen de culo y vuelven a levantarse, tan felices, y en su sonrisa, mientras observamos su fragilidad y nos prometemos protegerlos, ellos nos demuestran que lo único que quieren es seguir caminando, aunque sigan cayendo.
En los primeros pasos de un bebé perviven los primeros ecos de la supervivencia, la exploración de la inquietud, la experiencia por el conocimiento, la felicidad por le esfuerzo recompensado. Ellos caen de culo y vuelven a levantarse, tan felices, y en su sonrisa, mientras observamos su fragilidad y nos prometemos protegerlos, ellos nos demuestran que lo único que quieren es seguir caminando, aunque sigan cayendo. Uno de los libros más maravillosos que he tenido oportunidad de leer es la biografía del atelta Emil Zatopek. En el mismo, Jean Echenoz, desgrana en primera persona las sensaciones de un tipo que salió a correr un día para escapar de una revuelta y no cesó de hacerlo hasta colgarse cinco medallas de oro olímpicas. En el mismo se cuentan las sensaciones, se palpan los latidos y, sobre todo, se sienten como propias las satisfacciones de un tipo que simplemente se dedica a hacer bien su trabajo. Sin alardes, Zatopek se convirtió, por derecho propio, en una de las grandes estrellas de la historia del deporte sin que ello le reportase dos puñados de gloria en su Checoslovaquia natal.
Uno de los libros más maravillosos que he tenido oportunidad de leer es la biografía del atelta Emil Zatopek. En el mismo, Jean Echenoz, desgrana en primera persona las sensaciones de un tipo que salió a correr un día para escapar de una revuelta y no cesó de hacerlo hasta colgarse cinco medallas de oro olímpicas. En el mismo se cuentan las sensaciones, se palpan los latidos y, sobre todo, se sienten como propias las satisfacciones de un tipo que simplemente se dedica a hacer bien su trabajo. Sin alardes, Zatopek se convirtió, por derecho propio, en una de las grandes estrellas de la historia del deporte sin que ello le reportase dos puñados de gloria en su Checoslovaquia natal.