Además, siempre es mejor tener vacaciones que no tenerlas. Parece una perogrullada y una forma de mirarse el ombligo bastante fútil, pero hay gente que apenas tiene vacaciones y otros que ni siquiera tiene trabajo. Dentro de lo afortunado que soy ¿Por qué habría de quejarme por trabajar en agosto? Pues eso, que no lo voy a hacer. Además, las vacaciones junto a la familia han sido estupendas y aún tengo días pendientes de aquí a final de año para poder hacer alguna escapada.
Así pues, aquí te espero, agosto. Con tus atascos inexistentes, tus jornadas intensivas y tus tardes de asueto. Lo digo así, sabiendo que voy a trabajar mientras la gran mayoría de gente está de vacaciones: ojalá todos los meses del año fuesen como agosto. Seguramente todos los trabajadores seríamos mucho más felices.
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