Las pocas propuestas emitidas por el Partido Popular se basan en el liberalismo salvaje y, por ende, en la destrucción de los pilares del Estado de Bienestar. La frase de Isabel Díaz Ayuso de que no se le puede regalar la educación a todo el mundo, choca de frente con nuestros ideales de país y acercan a la presidenta madrileña al trumpismo más radical. Es muy peligroso derribar las bases porque, tras ellas, se derrumban los cimientos. Y ha costado mucho trabajo tejer una red de servicios que ellos quieren dilapidar.
¿Y el resto de propuestas? Nada, la negativa siempre por respuesta. En ese caso, el gobierno se lo pone siempre fácil, basta con proponer o aprobar alguna ley para decir que ellos la revocarán y la llevarán a los tribunales. No hay más alternativas que decir que no a todo, llevar la contraria y confrontar, porque son políticos de poca talla y son tipos que, ante la adversidad propia, son capaces de tirar de cualquier mentira para meter el miedo a la ciudadanía. Si los datos de paro son buenos y la economía va progresando, ellos le llevan la contraria a las agencias y al banco de España y aseguran que España se encamina a la quiebra.
Utilizan el miedo como antídoto y lo peor es que saben que les funciona porque las encuestas le están respaldando, algo que no habla muy bien de España, para qué nos vamos a engañar.
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