Lo cierto es que, mientras que la presión hospitalaria no vaya en aumento, no van a tomar medidas, porque antes que a la crisis sanitaria le tienen mucho más miedo a la crisis económica y los mensajes de miedo no ayudan en este sentido. Y mientras no se tomen medidas vamos a seguir haciendo nuestras vidas por más que el virus circule, mute y nos siga contagiando. Por ello, ante la inacción gubernamental, sólo cabe una medida de reacción; la responsabilidad individual.
Y digo esto, claro está, con mis huevos gordos después de haber estado ayer de comida con los compañeros y después de estar planificando un fin de semana con actividades fuera de casa. Y es que mi responsabilidad, como todas, pasa por un dato que todo el mundo está obviando a la hora de hacer una análisis comparativo de estas pre navidades respecto a las del año pasado, y es que mientras que en diciembre de 2020 había la escalofriante cifra de cero personas vacunadas, este diciembre hay treinta y ocho millones. Una cifra que sí deberíamos tener en cuenta porque la gran mayoría de contagiados no está sufriendo las penurias y desgracias que sufrieron los contagiados de la primera ola.
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