jueves, 29 de noviembre de 2018

Autodestrucción

¿Que conduce un cerebro hacia la autodestrucción? ¿Que lleva a una chica de diecisiete años a arruinarse la vida? ¿Cómo pueden los celos dominar a un ser humano? Vivimos en una época en la que lo queremos todo de semejante manera que no hemos aprendido a perder. La información nos sobrepasa y la sobreinformación nos abruma. Somos ciegos a los que nos hacen ver y a ojos que ven, corazón que siente. Nada justifica la locura, pero nosotros mismos, en nuestro afán por flagelarnos, nos vamos conduciendo irremediablemente hacia el desastre.

Nadie puede obligar a nadie a amarte y todo el mundo tiene derecho a mostrar su felicidad en público. Pero existe un problema de base en la locura individual y es la obsesión. Cada foto, cada publicación, cada sonrisa, era una merma en el alma de la muchacha. Cuando el mal florece, nadie es capaz de detener al cerebro, porque la locura, transitoria o no, actúa por nosotros sin preguntar primero.

El asesinato deleznable debería hacernos recapacitar. Se puede olvidar, se puede pasar página y se puede terminar siendo feliz. Y si no, hay que saber sobrevivir con el dolor, porque cualquier arrebato de furia nos puede conducir a la perdición. Si todo cerebro está abocado a la autodestrucción, deberíamos aprender a educarlo con cordura.

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