La elegancia es la distinción que separa a los bárbaros de los exquisitos. Como espectador, es esa sensación de invariabilidad que va desde el sueño hasta la realidad. La tesitura constante entre lo nímio y lo coloquial, porque cuando alguien es elegante de forma natural no existen los cerrojos. Jugar para divertirse es la seña de identidad de los talentosos, jugar para asombrar es la seña de indentidad de los elegidos.
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Hace 13 horas
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