lunes, 13 de enero de 2014

La familia y uno más

La familia es el nexo de unión entre la esperanza propia y la vida cotidiana. Uno nace imberbe, impune, indemne, insalubre; uno se convierte en insaciable, incauto, irresponsable, inquieto; y uno se acomoda en la sociedad de valores que uno mismo se representa: trabajo, salud y familia. En la familia se encuentra el motivo diario más certero por el que luchar cada segundo de vida, por el que respirar cada gramo de aire, por el que dar un paso más hacia el vacío de la incertidumbre.

En mi familia somos, desde hace casi un mes, uno más. Las paredes de mi casa encierran más esperanza, más miedo, más amor, más temor ante el futuro. Espera un vacío y un camino de baldosas amarillas que hay que cruzar con precaución. Esperan tropezones, caídas y levantarse de nuevo. Mirar hacia adelante, añorar mirando hacia atrás y construir una vida ladrillo a ladrillo. Nosotros seremos la argamasa, pero solamente él será el albañil de su vida. El arquitecto de su porvenir. Desde hace casi un mes existe un motivo más por el que no dejar de luchar cada mañana. Hay días en los que cuesta levantarse, pero son muchos más los que se siente satisfacción al acostarse.

Bienvenido al mundo. No sueltes mi mano.