lunes, 29 de agosto de 2022

Por encima de las posibilidades

Vivir por encima de las posibilidades es el reproche mediático que las grandes corporaciones y los rastreros de la mediocridad suelen dar a los obreros para hacerles creer que todo lo que les terminará ocurriendo será culpa suya, que para qué hacen caso de tantos anuncios donde les dicen que consuman y de tantas noticias donde les dicen que las ocupaciones hoteleras están al máximo si lo que realmente tenía que haber hecho es quedarse en casa, sacar un abanico y dejar pasar el tiempo para que, inexorablemente, se quede con cara de tonto creyendo haber disfrutado algo mientras los que de verdad disfrutaban son los mismos que le recriminaban y se embolsaban miles de millones delante de sus narices.

Para todos estos siervos del alarmismo, yo he vivido este verano, claramente por encima de mis posibilidades. Y es que, por lo que pueda venir, que dicen que es mucho y puede llegar a ser más, nos hemos echado la manta a la cabeza y hemos disfrutado un verano como ningún otro. Recorrer Portugal en familia ha sido una experiencia difícil de catalogar y muy fácil de recordar. En el archivo de nuestra memoria y en el álbum de nuestras andanzas, quedarán aquellos recorridos, de punta a punta, conociendo un país extraordinario y una cultura tan parecida a la nuestra que nos hizo sentirnos como en casa.

Todo ello completado con nuestra escapadita a la playa, mis días en Cádiz y los días en el pueblo yendo y viniendo han hecho que lo que para muchos serían unas vacaciones normales, para nosotros haya sido vivir por encima de nuestras posibilidades y si lo que dicen es cierto y el invierno viene duro y nos castiga por el flanco, si me da por quejarme, ya vendrá más de uno para decirme aquello de "haberte quedado en tu casa con un abanico mientras miras en la tele como el resto del mundo se divertía ajeno a la realidad". Y es que el pobre, haga lo que haga, siempre saldrá perdiendo.

martes, 23 de agosto de 2022

Lev Yashine


Las leyendas, cuando se cuentan de boca en boca y no existen más imágenes la imaginación, se convierten en monstruos o superhéroes dependiendo el matiz social y el miedo o alivio en el relato. A Lev Yashine le apodaron la araña negra y hablaron de un ogro de dos metros que llegaría a España para comerse vivos a los niños. El caso es que aquel tipo no fue imbatible, España fue campeona de Europa y nos perdimos las alabanzas a un portero que reinventó el puesto y que hizo de la profesión un monumento a la dignidad. Ni ogro, ni monstruo, tan sólo un deportista siempre en medio de una guerra ideológica que traspasó los muros de la mitomanía una vez abandonó la vida. Porque las leyendas, si se cuentan de boca en boca y de generación en generación no dejan de ser más que el significado de su propia idiosincrasia: una leyenda.

martes, 16 de agosto de 2022

Apagón

Hay algo aún peor que el apagón físico que están sufriendo escaparates, edificios o lugares simbólicos, y es el apagón mental que están sufriendo los políticos, adláteres y voceros, porque no es más tonto quien menos informado está sino quien no quiere informarse y no es más necio el que niega en su ignorancia sino el que lo hace en el ejercicio de su soberbia.

Lo de la oposición, en este país, no tiene parangón. Durante meses anduvieron atacando al gobierno para que tomase medidas contra el precio de las energías, sin molestar a las grandes empresas, eso sí, y no hicieron más propuesta que la de bajar el IVA lo que significaría que las multinacionales seguirían con su ritmo de facturación al tiempo que el estado dejaba de ingresar un dinero que le venía de perlas.

Pues bien, si el presidente del Gobierno se descamisa en Bruselas con tal de conseguir el acuerdo de Isla Energética, es un entregado cuando le han estado tachando de inmovilista. Si ordena apagar los escaparates a las diez de la noche, es un fomentador de la delincuencia cuando la mayoría de empresarios se estaban quejando por no poder pagar el recibo de la luz. Si modifica un real decreto de hace quince años para subir un grado la temperatura permitida, es un obtuso que sólo trata de perjudicar al comercio, y así todos los días. Se va a fomentar la delincuencia y la gente va a dejar de ir a los bares. Esas son sus premisas. Igual que con la ley antitabaco y con las restricciones post Covid.

El caso es que nadie se ha parado a contar que Bruselas pidió un ahorro del 7% en el gasto de energía y que a otros países incluso les llegó a pedir el 15%, que para cumplir hay que tomar medidas, que la impopularidad se convierte en hilaridad según se cuente y según se reciba y que, joder, a veintisiete grados se puede vivir y si prefieres estar a treinta y ocho en la calle con tal de llevar la contraria, o eres muy necio o eres muy malo.

jueves, 4 de agosto de 2022

El Beni

El Beni es peculiar como él sólo. Bético, apasionado, hedonista y, por encima de todo, un tío de puta madre. Recurro a la coloquialidad en la descripción porque el Beni es coloquial como ninguno, lenguaraz, gracioso y, como buen gaditano, con un ingenio para el humor capaz de hacerte caer al suelo de una carcajada.

Cuando Juanra me lo presentó, allá por 2006, me puso sobreaviso antes de estrecharle la mano: "Seguramente, en tu vida, no has conocido a una persona como él". Porque Beni es amigo de todo el mundo pero sobre todo es amigo de sus amigos. En realidad no tiene tantos, a pesar de que un paseo con él por Cádiz es como una procesión de guiños y saludos, por ello, saberse en pleno derecho de su amistad, me honra por el cariño que le tengo y por la envidia que le proceso.

Porque Beni tiene todas aquellas cualidades que a mí me faltan; chispa, don de gentes y, sobre todo, una desvergüenza bien controlada que le convierte en el centro de todas las reuniones. Durante más de quince años y aun separados por la distancia, hemos sabido cultivar nuestra amistad a base de quedadas ocasionales, mucha cerveza y mensajes de teléfono. Tanto tiempo después puedo considerarle como uno de mis mejores amigos y puedo certificar aquello que decía Juanra era completamente cierto: No había conocido a nadie antes como él.