jueves, 18 de mayo de 2023

Pasa la vida

Cuarenta y siete ya. Aún recuerdo cuando inicié este diario de gracias y desdichas, allá por enero de 2009, tenía entonces treinta y tres año y ya me creía mayor y ahora digo eso que dice mi padre cada vez que le recuerdo los que cumplo: "Quien los pillara". Quien pillara ahora esos treinta y tres donde me quedaba todo por delante y mucho menos por detrás.

Pero así es la vida, etapas que se hacen cortas y momentos que nunca son largos por más que nos lo parezca. Miro alrededor y sigo conservando a mi gente y mientras así sea, seguiré celebrando los diecisiete de mayo como un regalo de la vida, porque cumplir no es mala señal, lo malo es ir acercándose al final del camino aunque sepamos que aún nos queda un buen trecho.

Así que soplaré las velas, me dejaré besar, me abrazaré conmigo mismo y celebraré un año más de vida mientras pido de nuevo el único deseo que quiero que me sea concedido. No lo diré, claro, porque todo el mundo sabe que si un deseo se cuenta nunca se cumple.