miércoles, 31 de enero de 2024

El mensaje

Dice nuestra querida presidenta de la Comunidad que invita a los jóvenes a que trabajen, que se animen, que no se queden en casa, que desperecen, que no puede ser que no quieran trabajar y que hay muchos empleos allá afuera para que ellos puedan agarrar una tabla de salvación y empezar a vivir la vida. Porque también dice, al hilo de esto último, que hay muchos jóvenes con ganas de vivir aventuras, de disfrutar su libertad, de apostar, de disfrutar, de ser capaz de descubrirse a uno mismo.

Los mensajes de la ultraderecha, porque no me cabe duda de que doña Isabel se encuentra en ese espacio ideológico, son dardos al corazón de la gente. Simplismos que hacen creer que algo bueno nos espera cuando lo que está diciendo a los jóvenes de familias humildes es que se dejen explotar, que no dejen que los extranjeros les quiten los trabajos como si no trabajasen a la desesperada porque los empresarios pagan salarios de mierda, que no rechacen nada porque ellos, cuando van de vacaciones a Sancti Petri les gusta que les atienda un español antes que un marroquí aunque ambos sean pobres, pero por eso de la imagen ya saben ustedes.

Y a los otros, los que no tienen necesidad de dejarse el alma por dos duros, les dice que disfruten, que vivan, que la vida es corta y que si ella sigue gobernando van a ser los adalides del futuro porque todo eso que veis allá puede ser vuestro, no renunciéis a vuestro trocito de mundo.

El mensaje es tan simplista, tan populista, tan demagógico y tan banal que ver como cala en la cabeza de la mayoría de la gente que adora a esta mujer sin remilgos, da mucho mucho mucho miedo.

jueves, 25 de enero de 2024

Urgencias

Hacía tiempo que no vivía una época de urgencias como la actual. Me refiero al terreno laboral, claro, que luego cada uno tiene su propia conclusión y aquí estoy yo, aguantando mi vela, mientras trato de capear un temporal cuyos vientos vienen cada vez más fuertes y revueltos. A la suma de obras se añade la suma de jefes y, con todo, la suma de trabajos. El problema es que cada uno cree que su trabajo es prioritario sobre los demás y cuando no debo priorizar un contrato debo hacerlo con una factura y si no con un comparativo y sino con un control de costes y así, con la lengua fuera todo el día y el corazón desbocado cuando me meto en la cama por la noche, empiezo a vivir una situación angustiante de la que trato de salir de la mejor manera posible; tratando de desconectar y tratando de no llevarme nada a casa. Realmente lo consigo y durante horas soy capaz de olvidar, hasta que llega la oscuridad y antes que el sueño llegan, de nuevo, ahí, las urgencias.

Dicen que la mejor manera de escapar es salir corriendo, pero también dicen que correr es de cobardes y conmigo no van a poder un puñado de papeles.

Eso espero.

miércoles, 17 de enero de 2024

El misterio de la cripta embrujada



Otro de los libros que nos mandaron leer en el colegio fue "El misterio de la cripta embrujada" de Eduardo Mendoza. Solamente leer el título ya llamaba la atención. La historia, trufada de varios personajes, cuenta la investigación de un inspector de policía sobre la desaparición de un niño. Para ello contará con la ayuda de un ex convicto y la hermana de este. Una aventura por la Barcelona de mitad del siglo XX que nos enganchó a todos gracias a sus giros y sus intrahistorias. Una buena primera novela para iniciarse en el hábito de la lectura.

miércoles, 10 de enero de 2024

El precio

Desde que el mundo es mundo y nos mueven las envidias y, por ende, el odio, los ciudadanos, ahora ya supuestamente civilizados, nos unimos de vez en cuando, generalmente un domingo, a celebrar eso que llaman fiesta del democracia con el objetivo de impedir que gobierne aquel al que nosotros no queremos. Porque no nos vamos a engañar, si votamos es más por consecuencia que por conciencia ya que imaginar un escenario con los de enfrente en el poder nos causa sarpullidos mentales y nos pone de frente con una realidad a la que no queremos mirar a los ojos.

El problema es cuando el precio a pagar es mucho más caro que el prometido. Porque nadie contaba con el escenario y porque pocos contaban con que mirar hacia otro lado iba a suponer una herida de difícil cicatrización. Yo, por mi parte, voté para que la ultraderecha no entrase en el gobierno y de aquel polvo ha llegado un barro en el que el presidente del gobierno, por más que trate de acallar el ruido con necesarias medidas anticrisis, ha de tener que rebozarse una y otra vez mientras sus enemigos le recuerdan los sucia que lleva siempre la camisa.

Es el precio a pagar por evitar el mal mayor. Es el precio a pagar, en fin, por mantenerse en el poder.

martes, 9 de enero de 2024

La fragilidad de la vida

Dijo John Lennon que la vida es aquello que pasa mientras hacemos planes. Es tan cierto como que no somos conscientes de la fragilidad de la vida hasta que nos encontramos de bruces con nuestra propia interpretación. Un tropiezo puede ser subsanado con una promesa, pero cuando es la muerte la que aparece para arrancarnos las tripas de un zarpazo, es cuando somos conscientes, de verdad, de que estamos aquí de paso y que todos aquellos planes que no cesamos de idear no son más que un cruce de caminos en el que nunca elegiremos la opción correcta.

Nuestro inconformismo nos hace situarnos siempre del lado del qué será, porque cuando lo tenemos todo no somos conscientes y cuando no tenemos nada gustamos de regodearnos en la miseria, pero la realidad, más cruda que torpe, nos habla con frases tan costumbristas que a menudo decidimos hacer oídos sordos y seguir imaginando imposibles con tal de no afrontar el futuro con sencillez. Lo importante es tener salud, nos dicen y es tan elocuente y tan de perogrullo que tratamos de sonreir mientras pasamos palabra y seguimos en el camino por inercia. Muchas veces sin tener claro hacia donde vamos.

La muerte nos ha vuelto a poner de cara a la realidad. Una ausencia en un grupo de primos es un latigazo en el alma y un zarpazo a los sueños de realidad. La prima Gema se marchó rápido, tan rápido que apenas hemos sido capaces de digerirlo. Ya no estará más en los saludos mañaneros, ni en las felicitaciones anuales, ni en los chascarrillos espontáneos. Al final dejamos los planes a un lado y nos acomodamos a situaciones cotidianas; sacar el móvil y pulsar la pantalla. Ya no habrá más emoticonos y sin embargo, los que seguimos aquí, nos quedamos con una triste sensación de oportunidad perdida. Tanto tiempo para poder vernos que al final la vida se nos pasó haciendo un plan en el que no creímos. Y al final nos terminamos viendo enjuagando una lágrima y musitando una promesa. Otra vez será. Quizá. Pero cuando sea, por nuestra dejadez y nuestra manera de vivir de espaldas, será con una menos.

Descansa en paz, prima.

martes, 2 de enero de 2024

Magnus Wislander

Los libros de historia del deporte están llenos de páginas glosando las bondades de tipos que hicieron una gesta o cumplieron una promesa, los hay más audaces capaces de conducir en su locura a todo un país, están los pioneros, aquellos cambiaron para siempre el libreto y luego están los tipos en los que cabe todo un manual de competición. Wislander fue al balonmano lo que Lebron pudo ser más tarde al baloncesto, un tipo capaz de jugar de todo y todo hacerlo bien, una sonrisa que contagiaba a un país y un esfuerzo constante para convertirse, sin duda, en uno de los mejores de la historia y en un referente para toda una generación.