lunes, 26 de septiembre de 2016

Compañerismo

El ser humano necesita condiciones imprescindibles para desarrollarse como un ser feliz. Atención, sabiduría,
aprendizaje y saberse querido. De las necesidades humanas nacen las relaciones de amor y amistad. Todos necesitamos sentirnos acompañados en algún momento de nuestro viaje, necesitamos a esa persona con la que compartir confidencias y planear largas tardes de compañía.

Vivimos una época en la que pasamos tanto tiempo en nuestro puesto de trabajo que terminamos formando una familia con aquellos compañeros con los que compartimos horas y horas de divagaciones. Por ello, consideramos imprescindible el hacer piña porque, una vez sabes que tu tiempo va a pasar a través de horas y horas sentado en una silla, necesitas empatizar para no sentirte solo y para encontrar, una vez más, esas condiciones de desarrollo vital y social a las que todos nos agarramos por instinto de supervivencia.

Es por ello que, cuando terminas encontrando amigos en tus compañeros de trabajo, la rutina diaria se convierte en llevadera e, incluso, apasionante. Se trata de compartir, de reir y de arrimar el hombro. De encontrar un oído donde postrar tus confidencias y una mano amiga para recibir una palmada de complicidad. Ya que nos vemos abocados a pasar media vida en el trabajo, que menos que congeniar con aquellos con los que compartes esa gran parte de tu existencia. No es fácil, pero cuando se consigue es banstante satisfactorio.