Con lo sugestivo e hipocondriaco que soy yo, solamente faltaba una amenaza de pandemia para terminar de colorearme el monte. Ahora, como me de por toser, me voy a creer que tengo la gripe porcina y me temo que no seré el único, más de una sala de urgencias se verá colapsada de gente histérica y con miedo a caer en las garras de la maldita enfermedad. Le hemos dado tanta caña a este planeta que ya ni los animales nos respetan. Dice un viejo refrán, que cada uno tiene lo que se merece. Y de algunos polvos, vienen después los lodos.
De perdidos al río
Hace 3 días