martes, 23 de abril de 2024

La fuente

Todos hemos bebido alguna vez de la fuente del parque. A pesar de las advertencias de nuestras madres, reprochando a menudo nuestro abocicamiento sobre el caño metálico. "¡No chupéis!", nos gritaban. "¡Ahí beben los perros directamente del grifo!", nos decían. Pero a nosotros aquellas historias de animales sedientos nos traían sin cuidado. Después de un partido de fútbol de dos horas y con el sol de verano pegando en las costillas, era inevitable que, sudorosos y sedientos, nos acercásemos a la fuente para bebernos casi un río.


Son pocos los parques en los que sobrevive el modelo clásico. Pila de color verde, con forma de botella de Coca-cola y coronada por una forma pirámide circular. En algunas había que ser un chico fuerte para apretar el botón y que el agua saltase como si le hubiese pillado de sorpresa. El truco consistía en saber dejar apretado el botón mientras te abocicabas en busca del torrente. Si el botón era demasiado duro, la mano cedía y entonces te las tenías que buscar para apagar la sed con pequeños chorritos.

miércoles, 17 de abril de 2024

La tormenta

Las tormentas suelen ser mensajeras de un desastre o, al menos, avisadoras en ciernes de un peligro casi inminente, por lo que, cuando anuncian cielos negros y vientos helados, solemos escondernos en casa por temor a que nos pille desprevenidos y una ráfaga, un rayo o una corriente nos lleve por delante. Por eso, guardar silencio, esperar pacientes y rezar porque no haya daños considerables, es nuestra única receta ante el desastre, porque sabemos que siempre que llueve escampa, que pasada la tormenta y arreglados los caminos, la vida sigue su cauce, unos van a su rosal, otros a su portal y el avaro a sus divisas.

Es por ello que ciertos políticos, a día de hoy, cuando les ataca una tormenta de distinto ímpetu, sean como sean las verdades y provengan de donde provengan los ataques, el acusado, culpable o no, escoge la estrategia del prudente, se encierra en casa, pone la televisión y mira por la ventana esperando a que escampe la tormenta y los daños, aunque sean colaterales, invadan lo menos posible el espacio personal confiando en el tiempo y los recursos ayuden a engrosar el olvido.

El novio de la señor Ayuso se ha lucrado de manera vil y servil a costa de su influencia en la planta noble de la Comunidad, ha regado de dinero a los directivos de la empresa que está cercenando a la sanidad pública y, para más inri, se ha sentido tan impune que ha sido capaz de defraudar a la Hacienda Pública la gran mayoría del dinero ganado de forma inmoral.

He ahí la tormenta.

¿La estrategia? Lanzar consignas populistas, abocarse a la capacidad de ocultación de los medios de propaganda y, sobre todo, esperar a que escampe. Quizá cuando pase un tiempo y el lawfare vire, esta vez, en su favor, saldrá de nuevo sacando pecho y mayoría absoluta. Porque este país la sinvergonzonería de sus gobernantes es directamente proporcional al aborregamiento de sus ciudadanos.

miércoles, 10 de abril de 2024

Navarra

Hace poco hacía recuento con los compañeros de trabajo sobre las comunidades autónomas de España que habíamos pisado y entonces me di cuenta de que nunca había estado en Navarra. Eso es un error, claramente, porque se trata de una tierra bizarra que fue reino por derecho y que nos ha dejado un legado de monumentos y paisajes dignos de admirar. Así que, en un intento de corregir mis errores, conduje a la familia hasta Navarra para vivir la que ha sido, hasta ahora, nuestra última aventura juntos y bien que no queremos que sea la última porque nos ha vuelto a reconciliar con la vida y a darnos cuenta de que juntos estamos la mar de bien. Próximo destino; Zamora.