viernes, 30 de marzo de 2012

A disfrutar del fin de semana

Para este fin de semana voy a proponerme olvidarme de todo. Tengo mucha facilidad para desconectar mi vida personal de mi vida laboral y eso me ha costado años de autoconvencimiento, autoanálisis y autoayuda. Todo me lo he tragado solito, todo porque no he querido amargarle a nadie la vida con mis paranoias. Bueno, hubo una vez que sí lo hice. Hubo una época en la que me llevaba el trabajo a casa, no de forma física pero sí de forma mental y me volví un huraño malhumorado que pagaba los platos rotos con quien tenía menos culpa. Pero me conciencié de que no debía ser así. Y hoy que es viernes volveré a poner en marcha mi conciencia e intentaré disfrutar del fin de semana olvidando lo que tengo por delante. La semana que viene tengo cierre mensual y el jefe de obra, para variar, aún no ha tocado otra cosa que no sean sus huevos. Será una semana larga, plagada de malas caras y maldiciones entre dientes. Pero eso será la semana que viene, ahora toca pensar en Urda, donde hace más de dos meses que no he regresado y en celebrar el cumpleaños de mi hermano aprovechando que estos días se dejará caer por allí. Lo que esté por venir ya vendrá.

martes, 27 de marzo de 2012

Lo que deben pensar en Alemania

Imaginad que encendéis la tele para ver un telediario, abrís un periódico para leer las noticias o sintonizáis la radio para escuchar el boletín informativo y os enteráis de algo parecido a esto: "Dos policías alemanes se van de fiesta con un coche oficial en su día libre y, a su regreso, atropellan a una turista española que iba tranquilamente en bicicleta, dándose a la fuga y quintuplicando el límite legal de alcohol en la prueba realizada una vez fueron detenidos".

¿Vosotros que pensaríais? Pues ahora imaginad lo que deben pensar en Alemania de nosotros.

lunes, 26 de marzo de 2012

Toque de atención e incomprensión

Las empresas dedicadas a hacer encuestas a troche y moche, de tanto jactarse en su fiabilidad, se han quedado de pasta de boniato al comprobar que, en Andalucía, no han dado ni una. Todas se aferraban a sus datos para proclamar que sí, que esta vez el Partido Popular gobernaría la única autonomía que aún se le resistía, pero fue que no, que esta vez, Arenas, y ya van cuatro, tendrá que regresar a su cortijo para planificar la estrategia de oposición. Y es que este varapalo, no es más que un toque de atención para aquellos gobernantes que se han empeñado en que nosotros, hijos de vecino y puntuales tributantes, paguemos una crisis que no hemos provocado. Los andaluces, aún en su precariedad económica y su tasa de paro han ido a las urnas para poner freno a una sinrazón que nos está deprimiendo día sí, día también.

Esto por un lado, pero por el otro, y vistos los resultados ¿Acaso no es capaz la gente de perdonar los errores? El PSOE ha incurrido en la corrupción en uno de los casos más escandalosos de nuestra democracia. La secretaría de empleo de la junta pagó ingentes cantidades de dinero por despidos fraudulentos a gente de su cuerda. Dinero de los andaluces, de los españoles, de toda esa gente que nos levantamos con el alba y regresamos con la luna para poder llegar a fin de mes a duras penas. El chófer del subsecretario de empleo reconoció la semana pasada que se gastaban veinticinco mil euros de las arcas públicas al mes en drogas y prostitutas ¿Se le puede renovar el voto de confianza a esta gente? Parece ser que sí. La sinrazón no tiene límites y España sigue siendo España.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Me gusta el fútbol, pero...

Me gusta el fútbol, pero hay ciertas cosas que no se pueden consentir. No se puede consentir que los clubes de la liga profesional le deban más de setecientos millones de euros al fisco y otro tanto, que aún no se ha hecho público, a la Seguridad Social. No se puede consentir que los presidentes críen niñatos en la opulencia y se vayan de rositas ante el impago y que cualquier ciudadanito de a pie se vea obligado a cargar con las responsabilidades de una crisis o a afrontar un embargo si no es capaz de hacer frente a las deudas con hacienda. Hacienda no somos todos, hacienda está formada por un montón de pardillos a los que no nos han dado otra opción que no sea la de tragar, callar y seguir tragando.

Me gusta el fútbol, pero si hay que mandar a tomar por culo a nuestra liga para que todos salgamos limpios de esta crisis que nos está ahogando, pues se manda a la mierda y punto. Con más o menos nivel, me seguiría gustando el fútbol. En eso no tengo remedio.

martes, 13 de marzo de 2012

El hijoputismo existe

¿Qué es el hijoputismo? Pues llana y simplemente el comportarse como un hijo de puta. 

Hacer cosas tales como aceptar un cargo de consejero en una gran empresa cuatro meses después de dejar un ministerio con el mayor índice de déficit de la historia de España y, a pesar de cobrar un sueldo millonario, no querer renunciar a la paga vitalicia que otorga el haber sido diputado durante siete años. El ejemplo se llama Elena Salgado.

Hacer cosas tales como estrujar al trabajador, justo la persona que menos culpa tiene de la crisis que ellos mismos, en connivencia con los bancos, han generado y que nos está ahogando hasta dejarnos sin aire. Quitarnos derechos, aumentarnos obligaciones, mandar al paro a cinco millones de personas y asfixiar laboralmente a los quince millones restantes y tener la cara dura de decir que en España, lo que hace falta, es trabajar más horas. El ejemplo se llama María Dolores de Cospedal.

Está claro que la crisis no es igual para todos. Ellos se escudan en su nombre, en su posición, en su burbuja de poder. Se esconden de la realidad para lanzar mierda mientras los restos nos salpican por el cuerpo. Sufrimos, lloramos, nos lamentamos y nos vemos obligados a levantarnos cuando ellos mismos nos han puesto la zancadilla. Y en vez de pedirnos perdón u ofrecernos una mano, nos vuelvan a empujar al barro. Estamos en manos de hijos de puta.

lunes, 12 de marzo de 2012

Ocho años después

Han sido más de una las ocasiones en las que he tenido que agachar la cabeza por sentir vergüenza de los comportamientos de ciertas personas de nuestro país. Especialmente esos que votamos para que nos representen y que no hacen otra cosa que lanzarse reproches como si permaneciesen en una absurda batalla de improperios en el patio de un recreo escolar. Han pasado ocho años desde que España sufrió el atentado más terrorífico de su historia y aún hoy, cuando hay que rendir homenaje a ciento noventa y dos víctimas, ni unos ni otros son capaces de ponerse de acuerdo para darse la mano y llorar conjuntamente. Es vergonzoso que los intereses predominen por encima de la muerte. Es asqueroso que por la memoria de ciento noventa y dos inocentes tenga que predominar la palabra de esos imbéciles que solamente saben jugar a decirse "y tú más".

jueves, 8 de marzo de 2012

La esclavitud moderna

La esclavitud, como paradigma del abuso, la violencia y la explotación, se abolió en el mundo occidental hace ya algunas décadas. Desde que se aprobó la declaración de los derechos humanos, términos tan deleznables como extorsión, trata o abuso, son considerado como delito. Pero las calles están llenas de tipos que trampean la realidad, que gustan de mostrar autoridad, que cuanto más hablan menos valen porque su palabra es apología de la esclavitud.

Hace poco vi un anuncio, no recuerdo de qué país, en el que un hijo lloraba asustado cuando su padre iba a despertarle por la mañana ¿Quién es este hombre al que nunca veo? Llevo varios meses perdiéndome los mejores momentos de mi hijo, es el precio que hay que pagar para conseguirle un techo y un plato de comida. Lo triste del asunto viene no ya cuando apenas le ves, si no cuando no le ves. Llevo toda la semana llegando a casa cuando el pequeñín está dormido y madrugo tanto que tampoco me da tiempo a verle despierto.

Esa es la esclavitud moderna. La de empresarios sin látigo pero con la espada de Damocles siempre penduleando sobre nuestras cabezas y la de tipos que son meros números; estadísticas que engrosan un resultado y parte interesada aunque desinteresante del mismo. Si el resultado es bueno, ni las gracias. Si el resultado es malo, váyase a casa y no vuelva. Y encima, me dicen todos, que tengo que dar gracias. Faltaría más.

miércoles, 7 de marzo de 2012

El anuncio de Nenuco

Las transformaciones vitales, el río de la evolución, el paso de las etapas hace que te vayas sintiendo más o menos identificado con ciertos aspectos, momentos o imágenes. Me viene a la mente ahora un anuncio actual de televisión en el que una madre se levanta desganada y anda medio zombie por el pasillo para atender el llanto de su bebé. Por el camino va pensando en todas aquellas cosas que renunció a cambio de ver crecer a su hijo; adios a las siestas, al cine, a las cenas, a salir con los amigos... Cuando parece que todo es un lamento, la imagen ofrece una amplia sonrisa del niño y el pensamiento se torna por completo. "Pero hay momentos que lo cambian todo".

Llevo dos años sin dormir como a mi me gustaría, dos años sin ir al cine, dos años sin planificar un fin de semana para nosotros. Todo podría parecer una pesadilla, como si estuviésemos encerrados en una cárcel de plomo. Pero no es así. Es ver la sonrisa del pequeño y saber que esos momentos lo cambian todo.

jueves, 1 de marzo de 2012

Como si nada

El quince mayo del año pasado, surgió un movimiento espontáneo alimentado en las redes sociales que lanzó a la calle a miles de jóvenes y proclamó un decálogo de propuestas que cayeron en saco roto. El gobierno de Zapatero, más pendiente de hacer caso a Bruselas que a sus ciudadanos, les dio un golpecito en la espalda pero se taponó los oídos para no dejar que el ruido estropease sus planes. El plan, a grosso modo contado, es que no tenía plan, sino obligaciones impuestas por Europa con el fin de que redujese el déficit y evitase que España, con un producto interior bruto muy considerable, entrase en una barrena que se llevase por delante a toda Europa.

No pasó nada. Los ecos del 15-M comenzaron a silenciarse y Zapatero pagó sus errores con una derrota electoral histórica. Pero el cambio, como muchos nos temíamos, no iba a ir a mejor. En aquel decálogo de jóvenes ninguneados (vagos perroflautas con ganas de incordiar según algunos medios ultras), figuraban obviedades tales como la reforma de la ley electoral, presión fiscal sobre las entidades bancarias, supresión del Senado, limitación de privilegios y auditoría de las concesiones públicas ¿Se les hizo caso? No ¿Quién paga las consecuencias? Nosotros.

En lugar de meter la tijera en su casa y en la casa de sus mecenas, el gobierno ha optado por el camino más sencillo; recortar derechos al ciudadano. El país se puesto patas arriba y algunos valientes ha vuelto a salir a la calle. Trabajadores y estudiantes protestan contra las reformas porque están contra la injusticia al igual que lo estaban aquellos perroflautas del 15-M. Pero el gobierno como si nada. Éste, igual que aquel, les dará un golpecito en la espalda y se taponará los oídos para no dejar que el ruido estropee sus planes. El problema de no escuchar a quien te lo pide es el de sorprenderse cuando la revolución se vuelve insostenible. Dicen en mi pueblo que el que avisa no es traidor.