jueves, 10 de diciembre de 2015

Escuchar

Nos gusta hablar, vanagloriar nuestros éxitos, engrandencer nuestros fracasos y no darle demasiada importancia a nuestras deudas morales. Porque somos tipos egoístas, racionales pero irresponsables, cautos pero imprudentes, alarmados pero sin escarmentar. Nos gusta levantar la voz, dejar impronta de nuestros hechos, borrar las huellas ajenas y arrasar el mundo con la palabra sin pararse un segundo a mirar a los ojos de nuestro interlocutor. Porque cada vez nos gusta menos escuchar.

Escuhando se aprende. Se aprende a saber, se aprende a no errar, se aprende a ser precavido, se aprende a ser atrevido. Se aprende a vivir, también. Y, sobre todo, se aprende a empatizar. Ponernos en el lugar del otro, eso que tanto nos cuesta en esta sociedad de ombliguismo en la que nos pensamos, constantemente, que todas las vicisitudes; tanto fortuna como desgracia, nos apuntan con el dedo directamente sólo a nosotros.

Estamos muy acostumbrados a gritar, a creernos los dueños de la razón, a enseñar y a presumir. Pero nos iría mucho mejor si aprendiésemos, de una puñetera vez, a escuchar.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

El odio

Los humanos, como seres racionales y emocionalmente alterables, son suceptibles a cualquier cambio moral. Por ello, hay algunos capaces de derrochar amor, otros de desprender alegría y los hay incluso que contagian de felicidad a quienes les rodean. Pero de igual forma que pueden relativizar los sentimientos positivos, también pueden canalizar los negativos, y es por ello que hay muchos otras personas capaces de concentrar grandes cantidades de envidia, rencor y odio.

El odio se aglutina en el pensamiento como un sentimiento de furia contra otra persona, generalmente porque nos perjudica o creemos que, a la larga, su presencia nos va a resultar dañina. Ni siquiera tiene que estar ligado obligatoriamente a la envidia, pues la envidia aparece como un sentimiento de deseo imposible que, al final, termina destruyéndonos a nosotros mismos.

El problema no es odiar, que también, el problema es no saber cómo canalizar el odio. Cuando hablamos de personas que se han criado en un ambiente de odio, podemos llegar a comprender, que no justificar, que, en edad adulta se conviertan en un potencial peligro contra la sociedad ante la que luchan. Otra cosa es que ciudadanos criados en el seno de una nación, se vuelvan contra esta porque algunos tipos les convenzan de que deben matar a sus vecinos en el nombre de alguien que no existe. Eso da más miedo. Odiadores enseñando a odiar y jugando con el odio. Demasiado maquiavélico para ser verdad. Demasiado triste comprobar que lo es.

viernes, 13 de noviembre de 2015

Mentalidades

Suelo respetar las decisiones e inclinaciones de la gente, siempre que estas no lleven implícitas una falta de respeto hacia mi persona. Me da igual si alguien es del Real Madrid, vota al Partido Popular y le gusta vestir con zapatos sin calcetines. Puede que no entienda a alguien que, siendo obrero, vote a la derecha, pero jamás me acercaré a él a censurarle su decisión porque la democracia, al fin y al cabo, consiste en esto. Libertad de elección y libertad de clero. Otra cosa es que me toquen las pelotas. Entonces yo, como todo el mundo, también puedo ser capaz de rebelarme.

Me gusta mucho mi trabajo. Me encanta implicarme con la empresa y sacar adelante todo el flujo de proyectos que van llegando a la oficina. Creo, además, que lo hago bien y que me he acostumbrado a un ritmo que cumple con las exigencias del guión. Lo que no me gusta es quedarme más horas de lo normal por el simple hecho de que me vean. Yo no trabajo para dar imagen sino para ser eficiente. Hay muchos otros, con una mentalidad más obtusa, que prefieren quedar bien delante de sus superiores perdiendo horas de estar en casa para ganar presencia en la oficina. Yo no sé verlo así.

Mi trabajo es muy importante y lo tengo muy arriba en mi escala de prioridades. No voy a ser insensato y dejar a un lado mi única fuente de ingresos, gracias a mi trabajo, mis hijos pueden comer y vivir en un aceptable estado de comodidad. Otra cosa es que quieran que ponga mi empleo en el lugar más alto de mis prioridades. Para mí, mi principal prioridad es mi familia, y quien no lo vea así, creo que tiene un serio problema. Es cuestión de mentalidad, y la mía no es insensata, pero tampoco es suicida.

lunes, 2 de noviembre de 2015

El debate

Es extremadamente agradable comprobar como se puede hacer periodismo serio y, al mismo, tiempo cercano y sencillo de entender. Nada de engorrosos debates ni demagógicas demostraciones de patriotismo o proselitismo. Periodismo de calle, de investigación, de razonamiento. Periodismo de verdad como el que vemos cada noche de domingo en el programa "Salvados".

Uno de sus últimos éxitos se dio en el debate cara a cara entre Pablo Iglesias y Albert Rivera sentados, ambos, ante la barra de un bar. Aunque ambos cometieron sus pecados (inseguridad uno, ambigüedad el otro), está claro que les analizaron más por sus aciertos. Y el mayor de ellos fue el de presentarse como dos personas normales. En una época en la que estamos acostumbrados a políticos que viven dos metros por encima de la realidad, se agradece la presentación de dos caras nuevas que están dispuestos a mirarnos a la cara y contarnos lo que creen que necesitamos. No lo que les dicen que creen que necesitamos.

En un país sensato, el electorado se daría cuenta de la impostura y de la novedad. Ninguno de los dos programas, ni el de Podemos, ni el de Ciudadanos, me agrada en su mayoría, pero menos aún me agrada el tener que otorgarle el poder a los mismo burócratas podridos de siempre. Gente que se ha apropiado del sistema para desfalcarlo y, después, desprestigiarlo, dejándonos a todos desprotegidos. El problema es que este no es un país serio, o al menos las indicaciones no apuntan a que así sea. Que una encuesta sí y otra también den a PP y PSOE como partidos más votados es como si nos hubiésemos prestado, voluntariamente, a un estúpido ejercicio de sodomización.

Nos encontramos con un problema radicalizado de conciencia social. El problema no es lo que los ciudadanos votan, que también, el problema, y muy grave, es que hay muchísimos ciudadanos que no votan y eso debería cambiar, más que nada porque durante mucho tiempo hubo gente que luchó poniendo en juego hasta su vida para que alcanzásemos un estátus en el que todos pudiésemos participar ¿Por qué no lo hacemos? La desidia deriva de los vendedores del producto. No es que lo vendan mal, es que no lo quieren vender. Sabemos que un pequeño porcentaje de la población acude a votar en los comicios y de ese porcentaje, la gran mayoría son como borregos que solamente eligen a papá o a mamá. En el resto, queda plasmada la imagen de una política lejana y, por ende, ellos también se alejan. Para justificar su poco compromiso suelen justificar su inactividad con una frase que, por manida, se ha convertido en recurrente y, al mismo tiempo injusta; "Es que todos son iguales".

Pues no señores, igual no son todos iguales, y el otro día un estupendo programa de televisión nos mostró a dos tipos que, quizá, y creo que deberíamos arriesgarnos, merecen un voto de confianza. Si continuamos con la desidia, continuaremos con la misma gente saqueando nuestro país y cuando no quede nada y todo lo tengas ellos quizá nos preguntaremos qué no hicimos para evitarlo.

lunes, 26 de octubre de 2015

El futuro

Llegó el día del futuro. Durante años estuvimos mirando el calendario y haciendo ensoñaciones sobre el impacto que el cine podría haber tenido sobre la vida cotidiana. A los que crecimos en los ochenta nos fascinaron las historias de aventuras ciencia ficción que, generalmente, nos mostraban a un joven apuesto e intrépido con ganas de reescribir la historia.

No sé que es lo que llegamos a imaginar el día que vimos por vez primera una recreación del año 2015 en la gran pantalla. De lo que sí nos  hemos preocupado en demasía es de comprobar cuantas de las profecías sobre el futuro no se han cumplido sin tener en cuenta de que aquella película no hablaban de Smartphones, de drones y, ni mucho menos, de Internet. O al menos tal y como lo conocemos ahora.

Creemos que el futuro nos ha pillado dormidos cuando, realmente, estamos más despiertos que nunca. Somos capaces de comunicarnos entre nosotros desde cualquier punto del planeta y sin utilizar ningún sofisticado método de telecomunicación. Tenemos acceso a información de manera inmediata. Somos capaces de vivir en tiempo real los acontecimientos mundanos y hemos aprendido a no esperar para conseguir algo que realmente deseamos.

El gran problema, si exceptuamos a los políticos, especialmente a los nuestros que viven intensamente anclados en el pasado, es la gran brecha abierta entre el primer y el tercer mundo. Mientras nosotros tenemos acceso al mundo a golpe de click, mucha gente no solamente no conoce el click, sino que no tiene comida, ni agua, ni medicina. Mientras unos han adelantado al futuro, otros siguen viviendo en un sempiterno y hastiante pasado. Y eso, desgraciadamente, no nos lo ha querido contar ninguna película.

jueves, 8 de octubre de 2015

Un estúpido y absurdo ejercicio de superación

Que estamos gobernados por un incapaz es algo de lo que empecé a estar seguro a los pocos días de su entrada al gobierno. Ya no es sólo su incapacidad para explicar el porqué ha incumplido el programa, su poco tacto con la sociedad y su mucha manida relación con los poderes fácticos. Es, sobre todo, su capacidad, diría que innata, para rozar el ridículo en cada intervención pública.

Visto lo visto, puedo llegar a entender que prefiera esconderse tras un televisor de plasma antes que dar la cara en directo ante su país. Prefiere el ridículo al escarnio. Lo malo es que un presidente del gobierno no está legitimado para esconderse. Es más, su cargo no le legitimiza a decir sandeces. Sin embargo, en cada intervención pública, en cada entrevista, en cada comparecencia, parece querer superarse a sí mismo. Un estúpido y absurdo ejercicio de superación.

La última boutade de este gobierno cobarde y sibilino ha sido la de programar las elecciones para el día veinte de diciembre. Es justo reconocer, en este caso, que la jugada es inteligente aunque canalla. Ellos saben que a menor participación, más probabilidades tienen de repetir el éxito. Y qué mejor fecha que la víspera de Navidad para asegurarse que algún millón de españoles opten por no pasar por las urnas ante la obligación o necesidad de viajar para pasar el día junto a su familia.

Comprobado y refutado que, a menor participación, existen más probabilidades de que el partido popular consiga una amplia mayoría que le permita seguir gobernando, no han encontrado mejor solución que una fecha simbólica como la víspera de la nochebuena. Luego nos venderán la burra y nos empapelarán con demagogia. Ellos son los cobardes.

jueves, 24 de septiembre de 2015

La tía Agustina

No hace mucho fui consciente de que, últimamente, estoy dedicando en este espacio más requiems de los que eran habituales. Como bien nos explicaron en nuestros días de colegio, las personas envejecen y mueren. Es el ciclo final de lo que llaman ley de vida. La puñetera vida.

Durante muchos años fue para nosotros, de carácter obligatorio, la visita a casa de la tía Agustina cada vez que acudíamos al pueblo. Nos acostumbramos a su voz aguda y a hablar con ella en voz alta porque tenía problemas de oído. En los primeros años de nuestra vida, nuestra abuela siempre nos esperaba sentada en una hamaca, en el rincón de la derecha de la salita de estar, y nos contaba sus anécdotas con voz pausada. Entonces, la tía nos sacaba un vasito de Konga y algunos cacahuetes. Pronto aprendimos a quererla como la mujer entrañabale que era.

A medida que fuimos creciendo nos fuimos convirtiendo en jóvenes despegados. De vez en cuando acudíamos a visitarla instigados por nuestra propia conciencia y por las palabras apremiantes de nuestra madre. Nosotros no éramos del todo conscientes, pero la tía Agustia iba envejeciendo y nosotros veíamos pasar la vida a través de sus palabras. Poco a poco se fue encorvando, fue necesitando una garrota y se fue acomodando cada vez más en su viejo sillón de paño.

La ley de vida se cumplió hace poco más de un mes. Un maldito ictus y la tía se nos fue para siempre. No se marchó sólo una mujer, si no una de aquellas heroínas de postguerra que hubieron de lidiar contra el hambre y las necesidades para salir adelante y ayudar a hacerlo a sus cuatro hermanos menores. Gente como ella son los verdaderos ídolos de la vida. Empeñados como estamos en fabricar ídolos de cartón piedra, olvidamos que, gracias a las gestas de la gente común, hemos podido alcanzar este estatus de libertad que hoy nos aploma el alma.

El destino me dejó una oportunidad para decirle adiós. No hacía mucho que Manuel y yo nos acercamos a su casa para volver a escuchar esa voz tan peculiar. En aquel momento no éramos conscientes de que jamás volveríamos a pisar aquella casa. Jamás volveré a tener la sensación de entrar en la salita y volver a ver a la abuela en su vieja hamaca, haciendo ganchillo en su rincón.

jueves, 10 de septiembre de 2015

Patriotas

España, al contrario que Roma, sí paga traidores. Son traidores aquellos que viven con fachada de patriota pero destruyen el estado de bienestar sin remordimientos y, en la mayoría de los casos, eluden sus responsabilidades impositivas creando empresas pantalla y cuentas en paraísos fiscales para conseguir que su dinero se quede, íntegro, en su bolsillo. Ningún duro para el estado. Ese estado de cuya palabra llenan tanto la boca. Curiosa manera de ser patriota.

España es ese país donde sus políticos no dan explicaciones. Donde su único ejercicio es el de juntarse cual rebaño de ganado y votar, con la cabeza baja, lo que dicta su líder. Donde el partido y sus intereses están por encima de las personas. Ninguna diserción, ninguna voz en alto, ningún ejercicio de democracia. Curiosa su manera de ser patriotas.

Los patriotas de lo ajeno buscan el beneficio propio sin pensar a quien pisotean, presentan contabilidades opacas con descaro y sin vergüenza, no dejan que nadie les afee la conducta porque para ellos no hay más verdad que su propia mentira. Falsean cifras, hablan desde la comodidad del mercader sin escrúpulos y si salen a dar la cara es para demostrar que la tienen más dura que el hormigón armado. Si su único fin es el de enriquecerse a costa de los demás, entonces no son patriotas. Son delincuentes.

miércoles, 29 de julio de 2015

Este extraño verano

La gran mayoría se queja del calor. Hablas con la gente, cruzas miradas, palabras o gestos y todos, como si de una sinfonía en clave de repetición se tratase, te hablan del calor y los agobios como si en todos estos años los veranos hubiesen sido una eterna excursión en las tierras de Alaska.

Para mí este verano no es extraño por el calor. Calor ha hecho siempre y en el calor me he sabido acomodar como aquel Induráin que subía sobrado el Tourmalet bajo el justiciero sol del mes de julio. Si algo tiene de extraño este verano es el de la ausencia de vacaciones como Dios manda.

Cuando digo vacaciones como Dios manda me refiero a vacaciones familiares de verdad. Después de muchos años en un mismo lugar de trabajo, Sagrario se vio abocada al cambio por culpa de esta reforma electoral de hoy que prima a los empresarios sinvergüenzas sobre los trabajadores abnegados. Gracias a su constancia y su buen hacer, ha conseguido un empleo que le reportará experiencia y dinero durante el verano. El precio a pagar será el de quedarse sin vacaciones.

Me duele ver como las personas que lo merecen se quedan sin su premio correspondiente. A Sagrario le cambió la vida una niñata y para nosotros, esa vida pasa por un verano de improductividad vacacional. Dará igual, nada ni nadie impedirá que sigamos estando juntos, aunque ella esté trabajando y yo me pase medio agosto en casa e ideando lo que me gustaría que fuesen las vacaciones del año que viene.

lunes, 27 de julio de 2015

Rompe los cristales

Te has cansado,
ya lo sé.
de leyes y prohibiciones;
la manía racional
de poner limitaciones.


Pero ya no aguantas más
que te ordenen con desorden;
el rebaño ya va a entrar,
bájense los pantalones.


¡Bájense! ¡Bájense! 


Da otro paso no debes parar,
rompe los cristales si quieres entrar.
Grita al aire aunque no quiera oír
y escribe el principio donde pone fin. 


No tengo porqué seguir
el color de tu bandera.
Sólo soy un tipo majo
cuando agacho la cabeza. 


Nada te ha de suceder
si no buscas otra puerta;
si la encuentras ten cuidado
que las fieras están sueltas. 


Y las fieras ¡Vaya fieras! 


Da otro paso no debes parar,
rompe los cristales si quieres entrar.
Grita al aire aunque no quiera oír
y escribe el principio donde pone fin.




Platero y tú.






Para que esa generación dormida a quien han arrebatado el futuro se atreva algún día a romper los cristales.

viernes, 17 de julio de 2015

Matilde

Se nos sigue marchando la gente sin que ni siquiera nos hayamos planteado el ejercicio de decirles adiós. Se nos marcha la gente que nos ha marcado la vida, la que hemos visto día a día en el portal de vecinos, la gente que un día decidieron adoptarte como el amigo de sus hijos y te trato con el cariño de una persona especial.

Matilde era la madre de Óscar y Raúl. Probablemente, mis dos mejores amigos de la infancia. Durante años nos acostumbramos a sus hilarantes cambios de humor, a sus canciones tarareadas tras la ventana y a las conversaciones con el abnegado Leopoldo. Como a todas las madres del portal, la mirábamos con cariño porque en ella veíamos el mismo esfuerzo y amor que reconocíamos en nuestras madres; aquellas mujeres de hierro que vivieron por y para sus hijos.

Su marcha nos cogió de sorpresa a todos. La veíamos a menudo, casi siempre en el umbral del portal, mientras esperaba a alguno de sus hijos o a su marido, y nos contaba sus cosas, nos preguntaba y nos deseaba salud. Se echarán de menos sus canciones en el patio de vecinos, sus discusiones divertidas, sus consejos de madre. Se echarán de menos tantas cosas que nos cuesta mirar hacia atrás y darnos cuenta que, si miramos hacia delante, es demasiado poco tiempo el que nos queda para seguir reviviendo viejas historias.

miércoles, 1 de julio de 2015

Miedo

Nos atacan por la vía del miedo porque no pueden hacerlo con la verdad ni con los hechos consumados. Nos atacan por la vía del miedo porque no pueden sacar pecho de sus corruptelas, sus mentiras y sus leyes que favorecen a los más poderosos a costa de pisotear a los más necesitados. Nos atacan por la vía del miedo mientras se les llena la boca de la palabra democracia cuando nos están metiendo en el oscuro túnel de una dictadura encubierta.

Nos atacan con el miedo mientras ello siguen prevaricando, sobornando, cobrando y actuando en la sombra. Nos atacan con el miedo mientras siguen aprobando reformas laborales que hacen pequeñito al trabajador, reformas fiscales que benefician a los grandes defraudadores, reformas del código penal que coartan los derechos humanos y reformas de la Constitución que les ayudan en su camino hacia el fin de los tiempos.

No quieren una justicia independiente, no quieren que se acaben las puertas giratorias, no quieren dejar sus negocios sucios con la privatización de hospitales y la educación concertada, no quieren que las grandes fortunas se vean gravadas, no quieren renunciar a sus privilegios, no quieren un código penal que les mande directamente a la cárcel, no quieren que la iglesia deje de ser un poder fáctico, no quieren escraches, no quieren que les protestemos, no quieren la verdad. Hablan de radicalismos y ellos son los más radicales. Que no nos engañen; los que tienen miedo son ellos.

martes, 2 de junio de 2015

Fiestas

Las fiestas de Getafe me evocan días de niñez y juventud. Los primeros viajes en el tiovivo bajo la mirada feliz de mis padres. Los algodones de azúcar y los paseos hasta el descampado de Juan de la Cierva, en el mismo lugar donde hoy se erigen los terrenos deportivos de la Universidad.

Recuerdo los conciertos en la Calle Juan de la Cierva, donde hoy está el ambulatorio; el día que vimos a La Década Prodigiosa, a Loquillo e incluso al Fary. Había un sinfín de momentos por los que disfrutar y, casi siempre, rematando la noche con un chocolate con churros.

Recuerdo cuando quisimos volar libres y dejamos a nuestros padres huérfanos de plan. Nos entregábamos al botellón, al pincho barato, a la música alta, a la fiesta, a la madrugada. Nos creíamos que la juventud iba a tardar toda una vida y por ello nos bebíamos cada noche. Tengo los mejores recuerdos del mundo de las noches de fiestas de Getafe junto a mis amigos.

El paso del tiempo te hace recordar lo mejor y vivir el futuro poniéndonos en el lugar que tenían nuestros padres cuando nosotros éramos unos mocosos que pedíamos un juguete, un algodón de azúcar y un viaje en El Tren de la Bruja. Ahora entiendo porque sonreían. Me veo en ellos y sé que cada vez que vea a mis hijos sonreír yo también sonreiré, porque ahora estas fiestas, además de para mí, son principalmente para ellos.

miércoles, 27 de mayo de 2015

El hombre que no se enteraba de nada

Durante el tiempo que duró la campaña anduvo dirigiéndose a ellos con desprecio y displicencia. En sus alocuciones públicas hablaba de tertulianos, de inventores de nuevos estados, de populistas de nuevo cuño y de soñadores infundados. Todo valía para describirles pero no eran lo suficientemente importantes como para llamarles por su nombre. Estaba claro que no se estaba enterando de nada.

Ya los había ninguneado antes. Fue cuando se echaron a la calle para reivindicar una democracial real y él les invitó a entrar en el juego democrático. Cuando lo han hecho ha seguido sin tenerles en cuenta y ahora que los tiene encima, en lugar de mirar hacia atrás y valorar sus errores, sigue mirándose el ombligo y hablando de falta de comunicación. Y sí, sigue repitiendo que es el presidente del partido más votado. Está claro que sigue sin enterarse de nada.

martes, 26 de mayo de 2015

Viejoven

El umbral de los cuarenta es el momento vital más importante en la historia de una persona. Es el momento en el que te atrapa la angustia no por lo que te queda por vivir sino por todo lo que no has sido capaz de hacer y que, por las leyes de la física, seguramente nuca llegues a llevar a cabo. Es la angustia por lo no vivido.

Sin embargo, es imposible sentirse mayor en el umbral de los cuarenta. Con dos hijos de cinco y un años respectivamente y toda su juventud por delante para poder disfrutarla, no me puedo sentar a lamentar los años perdidos sino ilusionarme por todos los que están por vivir. Más que nada, porque lo que me queda por vivir lo viviré al lado de mis hijos. Me obligo a sentirme joven.

Esa palabra, que suena a chanza y a mi me evoca días de risa viendo Muchachada Nui, me viene al pelo para describir mi estado actual. Padre felizmente casado y sí, viejoven. Viejo pero joven.

lunes, 18 de mayo de 2015

La campaña

Pocas cosas producen tanta vergüenza ajena como una campaña electoral. Ver a los políticos bajarse al barro, actuar con demagogia, prometer mentiras y ejercer el populismo barato sin rubor, produce auténtica grima. Son capaces de montar en bicicleta cuando no son capaces de respetar un carril bici, de hacer un paseo por la televisiones para competir por el puesto de más cani, de disfrazarse, trasvestirse, hacer el ridículo y ofrecerse a debates rancios. Algunos, hasta son capaces de pedir un aplauso a un chico con síndrome de down sin pararse a analizar que su propia subnormalidad está por encima del respeto a una persona capaz de llevar una vida normal. Tontos los hay en todas partes, pero en política abundan. Un auténtico asco.

La pereza del escritor

Entiendo eso que llaman la pereza del escritor. Esa sensación de angustia ante la hoja en blanco, esa indomable sensación de no querer escribir nada y obligarte a enseñarte a imaginar. Entiendo la rabia ante la ausencia de inspiración y por más que Picasso dijese que prefería que las musas le pillasen trabajando, cuesta mucho ponerse a escribir algo cuando realmente lo pasas mal mientras rellenas líneas que, en muchas ocasiones, no sabes si tienen algún sentido. Peor aún es saber que las líneas no gustarán a nadie. O peor es saber que no te agradarán ni a tí mismo.

Entiendo la pereza del escritor desde un punto de vista aficionado. Yo solo soy editor de mis propios textos y estos son pocos e imprecisos. Con ello, me genera angustia el folio en blanco. Ello sin exigencia alguna. Puedo entender, pues, la sensación de presión que puede llegar a sentir un escritor con contrato en firme y novela fijada para una fecha.

Lo puedo entender todo pero... George R.R. Martin... ¡Ponte a escribir de una puñetera vez!

lunes, 4 de mayo de 2015

El subconsciente

El subconsciente es traicionero. Juega malas pasadas en cuanto sale a relucir en los momentos más inoportunos. A veces, queriendo inventar una mentira, terminas contando una verdad. Muchas veces, queriendo dejar en evidencia al interlocutor eres tú quien termina metido debajo de la mesa por más que te empeñes en aclarar la confusión.

El subconsciente jugó tres malas pasadas a dos pesos pesados del partido del gobierno y a una consejera del gobierno de Castilla La Mancha.

María Dolores de Cospedal, secretaria general del partido, dijo que "han trabajado duro para saquear el país". Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta del gobierno, dijo que "el gobierno ha hecho una Amnistía Fiscal". Y, por último, un comunicado del gobierno de Castilla La Mancha, en manos del PP, nos ha dicho que "el gobierno de Rajoy dejó una herencia ruinosa en nuestra región".

Los borrachos, los niños y los subconscientes siempre dicen la verdad.

jueves, 23 de abril de 2015

Hay que decirlo más

No tengo ganas de dar muchas explicaciones. Solamente quiero decir que "hijo de puta" hay que decirlo más.

Hay que decirlo más.



La hora chanante - Hijo de Puta xdang3rx por xdang3rx

martes, 21 de abril de 2015

Las personas normales

Las personas normales deben ser aquellas fanáticas de la ideología, los que compran mentiras a precio de saldo, los que se dejan convencer con una amenaza, los que perdonan a quien les roba, los que duermen mientras otros se funden su capital, los que rescatan bancos de forma pasiva, los que huyen ante las nuevas ideas, los que censuran a quienes quieren cambiar el sistema, los que no se dan cuenta de que los auténticos anti sistema son aquellos que se han montado su chiringuito de privilegios.

Las personas normales, según Mariano Rajoy, son los que votan al Partido Popular.

En consecuencia, yo soy anormal.

Y me alegro de serlo.

miércoles, 15 de abril de 2015

Primeros pasos

En los primeros pasos de un bebé perviven los primeros ecos de la supervivencia, la exploración de la inquietud, la experiencia por el conocimiento, la felicidad por le esfuerzo recompensado. Ellos caen de culo y vuelven a levantarse, tan felices, y en su sonrisa, mientras observamos su fragilidad y nos prometemos protegerlos, ellos nos demuestran que lo único que quieren es seguir caminando, aunque sigan cayendo.

En las primeras palabras nacen las primeras alegrías porque pueden, por vez primera, expresar sus sentimientos. Su ignorancia del mundo es tan tierna, y a la vez nos provoca tanto miedo, que solamente saben navegar entre la risa y el llanto; la alegría y el miedo, la satisfacción y la rabieta.

Cada vez que veo a Ángel caminar hacia mí, vestido con una sonrisa, balbuceando alguna de sus palabras y buscando un beso en su mejilla, entiendo que la magia existe. Que ser padre conlleva mucha responsabilidad pero que el premio, aunque pequeño, siempre es muy grande.

viernes, 10 de abril de 2015

Gestión de puta madre

Tienen a diez millones de personas empleadas. Despiden a la mitad. Les hacen ver lo dura que es la vida. Cinco años después les ofrecen un caramelo. "Puedes volver a trabajar", les dicen. Donde antes cobraban mil ahora cobran quinientos. "Y tienes que estar contento". Maquillan sus estadísticas y se pavonean como gallitos de corral.

Y lo llaman gestión de puta madre.

miércoles, 8 de abril de 2015

Correr

Uno de los libros más maravillosos que he tenido oportunidad de leer es la biografía del atelta Emil Zatopek. En el mismo, Jean Echenoz, desgrana en primera persona las sensaciones de un tipo que salió a correr un día para escapar de una revuelta y no cesó de hacerlo hasta colgarse cinco medallas de oro olímpicas. En el mismo se cuentan las sensaciones, se palpan los latidos y, sobre todo, se sienten como propias las satisfacciones de un tipo que simplemente se dedica a hacer bien su trabajo. Sin alardes, Zatopek se convirtió, por derecho propio, en una de las grandes estrellas de la historia del deporte sin que ello le reportase dos puñados de gloria en su Checoslovaquia natal.

Nunca podré saber la satisfacción del deber cumplido que pudo haber sentido Zatopek tras cada una de sus victorias. Yo nunca he sido atleta de élite. Ni siquiera he sido un atleta. Simplemente me he convertido en un mal aficionado a correr que hace poco disputó su primera carrera popular. Apenas pude sentir conatos de felicidad porque fui adelantado muchas más veces de las que yo adelanté, pero en cada uno de los adelantamientos sentí un fulgor adrenalítico que me invitaba a querer seguir compitiendo.

Sufro demasiado cuando salgo a correr. Mis piernas aún no asumen el esfuerzo y el aliento aún me sigue faltando cuando sobrepaso la frontera del kilómetro número cinco. Muchos días, mientras me fatigo, hablo conmigo mismo y me pregunto qué narices estoy haciendo sufriendo de manera inútil. Pero los esfuerzos se vieron recompensados el día que me tocó competir. No fue una competición seria porque hice un mal puesto y no tenía más intenciones que fuesen más allá de terminar la carrera, pero aquello fue un gusanillo agradable. El próximo día que salga a correr y discuta conmigo mismo, pensaré que si me preparo para una carrera, quizá, al cruzar la línea de meta, sienta que todos los esfuerzos han merecido la pena.

martes, 31 de marzo de 2015

¿Quién es el culpable?

Cuando depositas toda tu confianza en una persona y esta termina traicionando la misma, es cuando nos llevamos las manos a la cabeza, lamentamos la mala suerte y prometemos no volver a dar la mano a la persona que terminó por mordérnosla.

Cuando un carterista echa mano de tus enseres personales sin que te des cuenta de la situación, la reacción, al conocer el delito, es el de creerte tonto, y poner en marcha mecanismos de defensa dentro de la memoria para que no se vuelva a repetir la acción. El bolso cruzado, la cartera bien sujeta en un lugar inaccesible, la mirada siempre atenta ante los posibles peligros. Toda precaución es poca para evitar que te vuelvan a tomar por el incauto al que se le puede sustraer libremente un par de billetes.

Cuando caes por un agujero creyendo que alguien sujetará tus espaldas, es cuando te das cuenta que crecer supone confiar en uno mismo por encima de terceros. Es cuando aprendes a caminar con los ojos abiertos y a responder con la prudencia del aprendiz. Los errores, las caídas y los fracasos enseñan a madurar de tal manera que hasta que uno no aprende a convivir con el peligro no se convierte en un auténtico maestro de la vida.

Si nos creemos tan listos como para evitar que nos engañen, para esquivar el obstáculo o para estar alerta ante la distracción ¿Cómo es posible que sigamos cayendo en el mismo error cuando se trata de elegir a los representantes políticos? Si votas y te roban la culpa es del polítco. Pero si aún robandote, les vuelves a votar, entonces ¿Quién es el verdadero culpable?

miércoles, 25 de marzo de 2015

El tío del puro

Cuando intento dirimir conmigo mismo cual es el sentido estricto de la vida, más allá del desacuerdo, me agarro a esa bonita historia que habla de la vida como un viaje en bus en el que ciertas personas comparten contigo ciertos momentos, haciendo del recorrido vital una comparación con un viaje hacia el destino final. De esta forma, habrá personas que se sienten junto a ti y otras que, aun compartiendo contigo el viaje, lo hagan en asientos más lejanos. Es la diferencia entre los amigos y los conocidos. Los primeros te dejarán su hombro para dormir, los segundos te sonreirán cuando te vean por la calle.

De todos ellos consigues alguna postal para el recuerdo. El saludo cuando aparecía algún encuentro fortuíto en el portal de tus padres, las cañas espalda con espalda en la barra del bar, los goles del Atleti en un grito compartido y los años transcurridos en el barrio mientras observabas como a los padres de tus amigos les iban saliendo canas sin percibir que el tiempo es ese duro juez que al final termina dictando su sentencia definitiva.

Durante los años que viví en casa de mis padres, era habitual el charlar o saludar a los vecinos del portal. En el primero vivía Luis, un tipo que aparcaba un furgón blindado en la puerta del portal y paseaba por la calle con un puro sujeto en los labios. Aquel, sin ninguna duda, fue su gran seña de identidad. Tanto, que los niños del barrio no tardamos en apodarle como "el tío del puro". Fumaba y reía. Solía alegrarse de verte y, de vez en cuando, te contaba alguna vieja batallita. Era uno de esos tipos que compartió viaje contigo desde los asientos más lejanos pero a los que, aún así, nunca perdiste la pista.

El tío del puro se marchó hace unos días. Cuando ves que faltan pasajeros es cuando empiezas a darte cuenta de que el viaje ya ha durado lo suficiente como para empezar a replantear objetivos. Los hombres que eran padres de niños de tu edad empiezan a esconder la mirada entre las arrugas. El tiempo, implacable como un Dios maldito, nos termina poniendo en el lugar de sus designios. Se nos marchan los clásicos y los que sobrevivimos otra parada más sabemos que, tarde o temprano, la parte delantera del autobús será para nosotros y empezaremos a pensar en decirle adiós a quienes miramos con los ojos cristalinos por la nostalgia.

miércoles, 18 de marzo de 2015

Pelea en el barro

No defiendo en extremo a Podemos. Creo que tiene propuestas muy evaluables, otras, aunque poco factibles a corto plazo, son necesarias para un país que se pudre, y otras, más utópicas, deberían verse revisadas; una por ser demasiado fantasiosas y otras por sonar demasiado represoras. Pero más allá de rentas básicas, auditorías de la deuda y limitación de medios de comunicacion, el peor enemigo que encuentra es el runrún de los rumores. Nos hablan de Venezuela como si fuese el demonio y como si nuestros líderes más recientes no hubiesen tenido jamás relación alguna con dictaduras, sin tener en cuenta que Venezuela, oficialmente, no es ninguna dictadura y sin tener en cuenta que tanto Pablo Iglesias como sus adláteres, tendrán algo que decir sobre el asunto aunque muchos ya se hayan empeñado en dictar sentencia de culpabilidad.

No me gusta demasiado Ciudadanos. Lo veo en demasía como una marca blanca del PP como para tener confianza en tipos que pregonan un concepto de política muy alejado de mis ideales. No me gustan sus adeptos y, sin embargo, creo que su aparición es un soplo de aire a una política podrida por la costumbre y disociada por la falta de tacto con el ciudadano.

El ascenso popular de estos dos partidos ha puesto tan nervisosos a los dos de siempre que no han escatimado en medios para poner en marcha la maquinaria mediática. Durante meses tirando balones fuera en los casos de flagrante corrupción y depreciación del Estado de Bienestar y ahora poniendo en jaque a una formación política por un papel en una beca o por una declaración complementaria. Tienen tanto miedo que no dudan en tirarse al barro para pelear. Saldrán manchados de mierda y, seguramente, victoriosos. El fin justificará los medios y la democracia seguirá tan devaluada como los valores en este puñetero país.

martes, 17 de marzo de 2015

El sol

La salida del sol significa el despertar de la mente, de la gana, del plan, de la iniciativa. Durante meses, cuando el gélido invierno calaba los huesos y apelmazaba los músculos, nos rebatíamos en el sofá y buscábamos la manta, el plan anodino y la huida hacia adelante. No hacer nada para no cambiar nada.

Con el sol buscamos alternativas, fabricamos planes, prometemos excursiones y bajamos a la calle para que los niños encuentren amigos con los que jugar. Y en su sonrisa encontramos el motivo por el que seguir planeando el tiempo porque su tiempo, en concordancia a su felicidad, es nuestro tiempo. Y ahí, donde confluyen los lugares comunes de nuestro interés, el sol forma parte fundamental en nuestra vida porque cuando su calor se hace latente nuestro interés por vivir crece proporcionalmente.

martes, 10 de marzo de 2015

El nivel

Tres momentos. Una incapacidad, una palabra, una imagen.

Pedro Sánchez se mostró incapaz de derrotar a Rajoy en el debate sobre el estado de la nación como ya había sido incapaz de hacerlo Rubalcaba en los tres debates anteriores. Esto no sería especialmente grave si no nos encontrásemos ante el que, posiblemente, ha sido el peor presidente de nuestra democracia. Esta incapacidad para hacer frente a un enemigo derrotable denota la existencia de un partido débil, de una oposición sin ideas y de un programa acuciado por las dudas. Este es el nivel.

El presidente del gobierno, por su parte, en lugar de entrar en el juego del debate, entró en el cuerpo a cuerpo del despecho. No olvidó, para variar, el asunto de la herencia recibida y, para rematar, se despachó con el líder de la oposición llamándole patético. Tras el insulto llegó la pataleta y el eterno juego de discusiones infantiles. Y tú más. Nada nuevo bajo el sol. Este es el nivel.

Más arriba, apenas un metro, del lugar donde los representantes de la cámara se delataban en forma de discurso, la presidenta del Congreso fue cazada por un fotógrafo jugando a un conocido juego en su tablet pagada con dinero público. No sé como debió sentirse Alberto Garzón, ponente del momento, al conocer que sus palabras no le interesaban para nada a la presidenta de la cámara. La señora Villalobos tira balones fuera, miente mientras se ríe en nuestra cara y sigue pensando, como todos, que dimitir es un nombre ruso.

Este es el nivel.

jueves, 26 de febrero de 2015

Pequeños detalles

Todo esfuerzo requiere un descanso y todo descanso comienza con una pausa, un respiro, un momento de
transición. En esos pequeños detalles volcamos parte de nuestra ilusión camino a la felicidad. Los pequeños detalles se agrupan en una sonrisa, una palabra, un gesto, un momento en definitiva. Los detalles tienen el poder de apagar el fuego interior o avivir la llama de la esperanza. Es por ello que cuando el gesto, el momento, llegan por parte de un ser querido, ese pequeño detalle se convierte en el motivo por el que seguir viviendo.

Pasar largas jornadas de trabajo en la oficina implica pérdida de tiempo con la familia a pesar de que se van estrechando lazos con otras personas a las que ves implicarse contigo, codo a codo, por un interés común. Pero por más que el interés laboral sea el que nos propicie una estabilidad económica, es el interés familiar el único que nos ablanda el alma y nos permite desenchufar la mente al tiempo que desenchufamos el ordenador obligándonos a querer regresar a casa cada día. Aquel que no sienta la necesidad de disfrutar su particular pequeño detalle junto a los suyos, en el hogar, corre el peligro de perder el único lugar común donde las palabras dejan de ser un látigo para convertirse en cariño, comprensión y consuelo; la familia.

Los pequeños detalles que me ayudan a vivir, los que me hacen respirar aire de sueños cada crepúsculo, se reducen a una palabra; "papi", a un beso en los labios de mi mujer, a un abrazo de buenas noches y a una caricia antes de dormir. La gente, que suele pedir la luna cuando de ambición se refiere, termina por conformarse con poco cuando lo que encuentra es el calor de un hogar. Los sueños de grandeza, las grandes ambiciones, no dejan de ser evocaciones de algo que quisiéramos ser. Los que sabemos conformarnos con los pequeños detalles somos pobres en apariencia, pero ricos en estabilidad.

martes, 24 de febrero de 2015

Juego de tronos

"Stanis se ha cargado a Renly". Con ese escueto mensaje telefónico le hice saber a Sagrario mi parecer sobre la destitución de Tomás Gómez al frente del PSM. El partido, otrora socialista, quien sabe si algún día obrero y ya, cada vez menos español, ha entrado en una vorágine autodestructiva que le ha convertido en el hazmerreir de los medios de derechas y de un gobierno que se frota las manos ante la perspectiva de varias legislaturas por delante en las que poder seguir pertrechando sus fechorías.

¿Cuándo comenzó el PSOE su proceso de autodestrucción?

El doce de mayo de 2010 Zapatero, con el rostro compungido, apareció ante el congreso para aprobar un plan de austeridad que chocaba de frente con sus promesas y con sus políticas. Aquel día, Zapatero salvó el cuello gracias al voto a favor de CIU. Duran y Lleida mostró aquel día la responsabilidad de estado que les faltó a todos y cada uno de los diputados del Partido Popular, más ávidos de sangre que del bien de España.

Aquel día, el Zapatero de ojos llorosos debería haberse dirigido a los allí presentes con una declaración firme. "Me obligan. Me voy". La decisión de disolver las Cortes y convocar elecciones anticipadas le hubiese colocado frente al presente como un cobarde, pero el futuro le hubiese considerado un hombre de principios.

Los principios. He aquí la base sobre la que se cimenta cualquier autoridad moral. El PSOE actual, Pedro Sánchez a la cabeza, no es autoridad moral de nadie ni para nadie. Ya no hay principios, no hay oposición, no hay objetivos. No hay programa. Acusan al cielo, se cortan la cabeza entre ellos y se abarcan a una guerra civil que les va destruyendo poco a poco. Y ante el Cortijo andaluz callan como cobardes.

Juego de tronos.

martes, 10 de febrero de 2015

La palabra

La palabra es el látigo de los incautos, el azote de los indocumentados, el valor de los progresistas, la caja del tesoro de los soñadores, la virtud de los escépticos, la indignación de los opresores, la función latente de los idealistas, la coartada de los mentirosos, la procesión por dentro de los que tienen conciencia, el aguijón encendido de los orgullosos.

La palabra es instigadora, apacible, cálida y reconfortante. La palabra es castigadora, dañina, fría y delirante. La palabra es cal, polvo, polvorín y explosión. La palabra es canción, verso, rima, constante. La palabra es cortante, acción, reacción y perdón. La palabra es un grito en el universo, el contexto de una misión, el corazón del pueblo.

La palabra, cuando no es meditada, la carga el diablo. La palabra, cuando sale desgarrada, trastorna la conciencia. La palabra, cuando es víctima del hartazgo, es un puñal para un corazón ajeno. La palabra, cuando duele, necesita el remedio en otra palabra. Hoy mi palabra ha sido diabólica, ha azotado mi conciencia y ha apuñalado el corazón de quien más quiero. Mi antídoto debe ser otra palabra: Perdón.

jueves, 5 de febrero de 2015

Adoctrinar borregos

La técnica de adoctrinar borregos es sencilla. Basta con encarecer la educación; aumentar el importe de las tasas, poner trabas en el plan de estudios para que las carreras se alarguen en el tiempo, incentivar a la educación privada por encima de la pública a la que se devalúa progresivamente hasta convertirla en un corral de borregos.

Los borregos, entendidos estos como los integrantes de la clase baja, una vez liquidada la clase media de esta sociedad por una crisis que ha favorecido a los ricos y poderosos, dejarán de asistir a la universidad, cursarán, como mucho, estudios medios e inferiores en escuelas venidas a menos y, ante la imposibilidad económica de prosperar académicamente, quedarán en el camino para dejar que los integrantes de la clase alta se repartan los mejores expedientes académicos del país.

De esta manera los borregos, como tales, dejarán de pensar. Dejarán de tener aptitudes, actitudes e inquietudes. Se convertirán en clase baja para servir a la clase alta, les dirán que han de conformarse con lo que son y les harán creer que no podrán volar más alto. La apatía les apartará de la participación, de la proposición, del voto. Los otros; los ricos, los poderosos, los preparados, seguirán gobernando y seguirán reeligiendo a quienes les han situado allí para que el chiringuito siga en pie y nadie se lo desmonte.

En eso consiste adoctrinar borregos.

martes, 3 de febrero de 2015

Lolo

Lolo era el tipo más entrañable de la vieja Miróbriga. Ciudad Rodrigo despertaba con él y el viento que soplaba sobre su frente y despeinaba su pelo blanco, le acompañaba, lentamente, en su paseo hacia el café matutino. Allí contaba sus tardes de verbena, sus partidos de frontón y sus escarceos amorosos en la parte de atrás de la iglesia. Lolo sabía de la vida lo que todos hubiesemos querido saber. Hablaba despacio, resbalaba las palabras, te miraba desconfiado y si te ofrecía la mano es que habías pasado su prueba de confianza.

Lolo era para Juanra algo más que su razón de ser. El motivo por el que cada viernes recorría Castilla para buscar su lugar común, el motivo por el que recordar su infancia, regalar sus palabras y entregar su corazón, el motivo por el que caminar en busca de algún momento que regalar a su abuelo. Las calles, que hoy guardan silencio en memoria de quien tanto arrastró sus pasos por las aceras grises, rezuman el aroma de un recuerdo imperecedero. Lolo fue vecino ilustre, padre abnegado y abuelo entregado.

Lolo se fue en una noche fría. Era víspera de Nochebuena, las galas estaban puestas y las reuniones estaban organizadas. La última Navidad no ha sido igual. Faltó el silencio oportuno, la palabra acogedora, la caricia certera. Puestos a irse, debió pensar Lolo, mejor irse a lo grande. No faltó un brindis, un recuerdo, una anécdota. Sin estar, Lolo estuvo presente en cada una de las cenas. Momentos así merecen una lágrima, pero también una sonrisa. Personas así merecen un homenaje todos los días. Descansa en paz, Lolo. Conozco a alguien que sabrá homenajearte a diario. No mereces menos.

miércoles, 21 de enero de 2015

Libertad de expresión

La libertad de expresión no es un canto al aire para componer una opinión según unos intereses. Considerando que el insulto y la falta de respeto, o decoro, están censurados por la propia moral, uno puede establecer unos límites y, dentro de ellos, generar opinión, debate o recurrir al humor. Nada es más sano que saber reírse de uno mismo. Nada es más peligroso que pensar que el mundo gira alrededor de tu ombligo y creerte señalado por cada una de las opiniones.

Sin embargo, nada es más humano que establecer unos límites dentro del compromiso ético. Cuando los límites se imponen por convinción religiosa es cuando el fanatismo saca a relucir su ira y, poniendo voz a su Dios, es capaz de generar terror entre quienes no representan su credo. Por otro lado, cuando los límites se imponen por convinción política, es cuando el poderoso saca su mano para firmar edictos o leyes que pongan en apuros a la población. Y es triste que eso ocurra en democracia.

Durante los últimos días, hemos escuchado a nuestros dirigentes con la boca llena del vocablo "libertad de expresión" y, mientras se apresuraban a ser fotografiados en París, junto a las cabezas visibles de los más importantes gobiernos europeos, firmaban con la mano de judas el edicto conocido como "Ley Mordaza", atribuían a ciertas concentraciones la consideración de "terrorismo" e imputaban a un cómico por un sketch en el que se aludía al partido del poder. Hablar es fácil. Cumplir es más difícil. La doble moral es, simplemente, hipocresía.

lunes, 12 de enero de 2015

Feliz en tu día

En la sociedad matriarcal en la que vivimos, la figura materna se ha colocado, por derecho propio, en lo más alto del escalafón sentimental. Hablamos de hembras alfa que nacen para dominar el mundo en silencio y son capaces de soportar cualquier dolor con tal de conseguir su fin. Crían a sus hijos con dedicación, los educan con constancia y les enseñan a vivir con respeto y sin miedo. Es normal, por tanto, que ensalcemos la figura de nuestra madre por encima de todas las demás.

Ocurre, sin embargo, que existe un momento de tu vida en la que pasas a compartir cada momento con otra persona. Es la culminación de un proceso que comienza cuando conoces a alguien y termina en el momento en el que no eres capaz de no contarle nada. Entonces sabes que aquella persona estará allí cuando no esté tu madre y que por mucha gente que encuentres en el camino existe una persona que nunca te fallará. En ese momento, colocas a tu pareja en el lugar donde siempre has colocado a tu madre.

Para mí, Sagrario, significa el poder de la persistencia. Podría estar admirándola horas mientras compruebo como es capaz de sacarlo todo adelante. Aparte de la mujer que me ha dado dos hijos, es la persona que me guía por el camino de la vida. Por ello, ahora que llega su cumpleaños, no puedo sino volver a arrodillarme y cantarle el "Feliz en tu día". Ella se merece ser feliz todos los días.