lunes, 30 de marzo de 2009

Que no cunda el pánico

Durante mis primeros años de joven ahorrador, decidí abrirme una cuenta en la infame sucursal de mi barrio de Caja Madrid. Después de unos años de antipatía, malas formas, comisiones traicioneras y burdos intereses, decidí hacer caso a mi madre y cambiar todas mis domiciliaciones, nómina incluída, a la nueva sucursal que habían abierto en Getafe los de Caja Castilla la Mancha.

Huelga decir que el cambio en el trato fue radical. Si allí me trataban como a un maldito número, aquí me trataban como una persona. Desde que estoy con ellos, todo han sido buenas formas, nada de intereses por chorradas y facilidades para cualquier tipo de operación. Incluído un traspaso agónico vía telefónica un día que necesitaba liquidez y la oficina ya había cerrado ¿Reproches? Ninguno.

El otro día, Marcial, el segundo de a bordo de la sucursal y, para más interés, un tío de los pies a la cabeza y una persona encantadora, le dijo a mi madre que las cosas estaban mal, pero que no cundiera el pánico. Serían tiempos difíciles, pero ellos no iban a fallar porque es difícil que un banco falle en España. Lo que pudo parecer una vendida de moto en toda regla, a mí me pareció un ejercicio de sinceridad, porque conozco el percal y porque me fío de su palabra.

Ayer el gobierno se vio obligado a intervenir la caja y todos los que tenemos la vida metida en ella, no pudimos esperar más de dos segundo en tragar saliva. Hay preocupación, sí. Pero seguiré con ellos. Me llamaréis loco, o puede que dentro de unos meses tenga que volver aquí para llorar mis errores, pero en la situación en la que estamos, prefiero ser una persona dentro de un enano que un simple y maltratado número dentro de un gigante.

martes, 24 de marzo de 2009

¡Suena!

A mi querido compañero de trabajo, le gusta llamar al jefe, el Inca, porque, según él, es inca-paz de hacer nada. Lo que sí le gusta, como a todos es hacer de jefe. O sea, tocar los huevos, meter marrones a mansalva y ponerse las medallitas. Salgo ahora de su despacho y no salgo de mi asombro; la empresa está en las últimas, apenas hay trabajo, estamos esperando a que nos echen de mala manera y, lo que es peor, aún no sabemos cuando y cuanto vamos a cobrar, y dice el tío que nos ve poco implicados.

Ayer hice una entrevista de trabajo que parece interesante con mi ex jefe, el mismo que se fue de aquí por no aguantar a aquel. Sé que es una bajada de pantalones, que pierdo dinero, pero que gano en salud. Quedó en llamarme hoy a lo largo del día para confirmarme los detalles del acuerdo. Son las diez y el teléfono que no suena, y yo desesperado por irme de aquí.

jueves, 19 de marzo de 2009

Felicidades

A uno porque hoy es su día y a la otra porque hoy es su santo.

A uno porque no pierde el humor ni en los arrebatos y a la otra porque no pierde las ganas de vivir hasta cuando le vio las orejas al lobo.

A uno porque me parto con él y a la otra porque puede con todo.

A uno porque es un crack auténtico y a la otra porque tiene paciencia infinita.

A los dos porque se comieron el mundo desde la adolescencia, porque sobrevivieron a las peores épocas y porque formaron una familia ejemplar.

A los dos porque son mis padres.

¡Felicidades!

lunes, 16 de marzo de 2009

Una locura

Madrugar, hacer veintisiete kilómetros, perderte en un campus, encontrar la facultad, inmiscuírse entre dos millares de personas, caminar dos kilómetros de ida y dos de vuelta para comprar un periódico, leer el periódico y salir de regreso a Getafe, todo eso en cuatro horas y media.

No me diréis que no fue movidita nuestra mañana de ayer. Bien se sabe que todo esfuerzo merece la pena si los frutos obtenidos son consecuencia del mismo. Así que no me quejaré y despediré este post deseándole a Sagrario toda la suerte del mundo.

Te la mereces.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Hoy no se habla de fútbol

Chsssssst. Silencio.

Hoy es de esos días en los que se habla de política, de economía, del trabajo, de la vida y de Gran Hermano ¿Pero de fútbol? ¿Qué es eso? ¡Ah! ¿Pero ayer hubo partido? Te mirarán extrañados; ellos no vieron nada.

Hoy nadie lee el Marca. Hoy nadie escucha la radio. Hoy nadie está atento a las noticias. Hoy, en Madrid, no se habla de fútbol.

Chsssssst.

lunes, 9 de marzo de 2009

Pesao

¿Alguna vez habéis conocido a alguien qué habla y habla sin parar y solamente tiene un tema de conversación? En mi caso, he de sufrir a diario a un compañero de trabajo que raja y raja y solamente sabe hablar de dos cosas: trabajo y dinero.

Hasta hace bien poco, yo creía que los hombres solamente tenían tres temas de conversación principales: Fútbol, mujeres y coches. Y por este orden. Y aunque la definición de los temas nos retraten como seres neandertales, prefiero mil veces a un burdo charlatán que a un brasas de este calibre. Qué me duele la cabeza ya.

Cómo me gustaría tener al Rey a mi lado y que en un arrebato de abuelete chocho de los suyos le dijese: "¡Pero por qué no te callas!".

Brrrr. Qué tío más pelma, coño.

martes, 3 de marzo de 2009

Churros y porras

Según la wikipedia, esa maravillosa fuente de información que, en internet, es algo así como la Espasa Calpe de toda la vida, un churro viene a ser "una masa compuesta por harina, agua, azúcar y sal que se introduce en un aparato parecido a una manga repostera, por donde sale mediante extrusión convertido en tiras cilíndricas de un dedo de grosor, aproximadamente, y con sección trasversal en forma de estrella (estrías), que se fríen en aceite". Vamos, que media docena de churros viene a ser lo siguiente:



Al respecto, la propia wikipedia viene a decir lo siguiente "una variante de los churros, son las porras, hechas con una masa semejante a la de los churros, pero con mayor cantidad de agua, lo que las hace más esponjosas. En general se fríen en una rosca grande que luego se corta con tijeras en trozos más pequeños." Es decir, esto son un par de porras:



Y como discutir lo evidente es de necios, dejaré las confabulaciones y los inventos para los que crren que una porra es un churro y un churro es un churrito pequeñito. A tal atropello a la definición pondré el siguiente ejemplo: ¿Qué pensarían de tí si a los camiones les llamases coches y a los coches les llamases cochecitos pequeñitos? Que te dirían que estás tonto.

Pues eso. Ya está todo dicho.