miércoles, 30 de noviembre de 2011

Cuando un tercero te jode la vida

Dice uno de esos modernos dichos populares que a la gente le gusta reflejar en azulejos decorativos y diplomas de cuarto de estar que "Hoy es un día maravilloso, verás como viene alguien y lo jode". La línea implica ilusión y temor al mismo tiempo; ilusión por la tranquilidad, por la capacidad para planear, por la oportunidad para soñar, y temor por la incertidumbre, por el pesimismo ante lo conocido y por el vació existencial que implica lo desconocido.

Sagrario y yo teníamos una vida maravillosa hasta que ha venido alguien y nos la ha jodido. Fíjate si nos conformábamos con poco que éramos felices compartiendo cama tres o cuatro días a la semana cuando el factor común de cualquier matrimonio es el dormir juntos durante todo el año. Nos conformábamos con poco y nos habíamos planeado nuestros propios sueños. Pero ¿Por qué no podremos cumplirlos? Pues porque a un canalla le ha dado pro jodernos la vida ¿Cómo hablar de sentimientos a quien no los tiene? ¿Cómo hablar de una persona a quien te trata como un número? ¿Cómo empezar de nuevo sin línea de salida?

Al necesitado solamente le queda la solución de comer rastrojo y dejar que sus quejas se pierdan con el viento. Así de asquerosa es esta puta vida.

martes, 22 de noviembre de 2011

Cinco minutos más

¿Quién no ha citado alguna vez en un molesto duermevela aquello de "cinco minutos más"? A todos los que nos molesta madrugar, y creo que somos legión, nos gusta regocijarnos en nuestra fantasía y subir un palmo la sábana para jugar a ser lo que no somos y creer que podemos tirarnos durmiendo todo el día. En esos cinco minutos no existen jefes, ni obligaciones, no prisas, ni estrés, ni montones de papeles sobre una mesa de oficina. En esos cinco minutos existe un paraíso, un coche camino del mar, una casa con piscina, un abrazo perpétuo con la persona que quieres. El problema llega cuando los cinco minutos se convierten en una hora. Un pálpito repentino, un auspicio y un pensamiento funesto. "Creo que me he dormido". Y tanto. Tenía que haberme puesto en pie a las seis menos cuarto y me he alargado el sueño hasta las siete. Ahora toca estar todo el día a rastras.

lunes, 21 de noviembre de 2011

El gran error de la Constitución

España vivía tiempos convulsos, venía de vuelta desde una dictadura que le había impedido avanzar, los deberes si imponían a los derechos y había que avanzar de puntillas y con cuidado para no derribar aquel jarrón tan caro de una dinastía china. Se trataba, pues, de tener contentos a todos. El paso hacia una democracia después de cuarenta años de dictadura no era una tarea fácil. Por un lado estaban los nostálgicos, anheladores de un régimen con el que se sentían identificados y que tenían miedo a la apertura porque ellos siempre creyeron más en la mano dura. Y, en otra esquina, estaban los revisionistas, aquellos que querían romper con el pasado y fabricar un nuevo sol para que en España brillase una nueva luz de cara al futuro. Como se trataba de contentar a todos se contentó a todos y el Estado aprobó, mediante referéndum, una Constitución en la que se descentralizaba el poder y se repartía en las autonomías. Se intentaba evitar brotes de independencia y, para ello, se aprobó una ley electoral en el que los partidos regionalistas tendrían un trato de favor por encima de muchos partidos generalistas. De esta forma, resulta imposible comprender como un partido, con trescientos mil votos, tenga dos escaños más que un partido que ha superado el millón de votos. O que otro con casi dos millones tenga seis diputados menos que otro que al que han votado medio millón de electores menos. O menos aún se entiende que Rajoy haya obtenido cuatrocientos mil votos menos que Zapatero en 2008 y, sin embargo, haya obtenido diecisiete diputados más ¿Existe un país democrático con una ley electoral tan injusta como la nuestra? El voto de cuatro millones y medio de personas no ha servido prácticamente para nada.