miércoles, 25 de octubre de 2023

Cómplices de la masacre

Nada como una guerra para poner frente a frente las vergüenzas y desvergüenzas de aquellos opinadores que, en base a su propia convicción, creen aportar la verdad del resultado cuando realmente están emitiendo un sesgo vestido de sangre y bochorno. Porque aunque se muestren como diferentes, como con aquellos imanes con los que nos hacían jugar de niños, hemos podido comprobar que todo polo opuesto termina por atraerse, pues cuando más se acercan a la mierda más cómodos se sienten en el revolcón.

La postura cómoda y, para qué lo vamos a negar, más lógica a la hora de tomar partido por uno de los contendientes en la cruenta guerra que se está librando en Oriente Próximo, es la de ponerse del lado de Palestina. Porque Israel, un estado que apenas existía hace ochenta años, lleva tanto tiempo vilipendiando y acorralando a un pueblo que era cuestión de tiempo que los oprimidos terminases levantándose contra el opresor. Ahora bien ¿Significa esto que se puede justificar un atentado indiscriminado como el que cometió Hamás para dar inicio al conflicto? No, por favor.

Miles de tipos se han lanzado a los micrófonos y los teclados para decir que sí, que ya basta y que ya era hora. Y claro que ya basta y ya es hora, pero nunca podemos justificar, ni mucho menos aplaudir una masacre contra la población civil por más que en esa población haya gente cómplice con la tortura y el sometimiento.

Pero no nos vayamos mucho más lejos, porque en el otro lado de la trinchera y con la comodidad que aporta el tiempo y la distancia, los pregoneros de la pulcritud han salido a dar su apoyo a ese ser tan inmoral como Netanyahu, ese tipo que, para poder satisfacer su sed de sangre y su ceguera de odio, ha decidido arrasar con una región sin detenerse a pensar si allí hay mujeres, hombres y niños inocentes. Qué más da si así damos rienda suelta a nuestro ego.

Con el tiempo, muchos de estos niños que están viviendo tal masacre, terminarán radicalizados y esparcidos por el mundo pregonando una guerra santa como tabla de una salvación a la que sólo creerán llegar gracias al odio que les han inculcado. Porque el odio es el motor que apaga el mundo. El odio de dos pueblos, dos religiones y el odios de todos esos tipos que se ponen en pie para señalar con el dedo a todos los malos.

Y aquí no hay buenos ni malos lo que sí hay es una guerra motivada por el tiempo y sustentada por las ansias de poder, una guerra que si bien no servirá para aprender nada al menos sí está sirviendo para señalar a todos aquellos que justifican la muerte, los mismos que portan el odio, los mismos sobre los que se sustenta la basura que habita en este planeta.

jueves, 31 de agosto de 2023

El verano

El verano es ese lugar común en el que los sueños y las realidades se enfrentan en un combate cara a cara. Por un lado están los viajes y los planes de corta estancia y por otro lado están los fines de mes y esos apuros contables que te dicen frena y te obligan a reflexionar. Quizá las dudas terminen coartando las expectativas o quizá las expectativas se tengan que amoldar al régimen de las dudas.

El verano es esa instancia en casa ajena donde los formularios son de fácil proyección y cómoda elección, es ese lugar lejano donde perderte por una noche, es esa madrugada eterna en la que los sueños viajan en primera y los ojos, cerrados durante un par de horas, viajan a todo tren. El verano es una ventana abierta al futuro por el que no entra aire y una habitación a oscuras donde la respiración es el eco de nuestros fracasos.

Pero el verano vuelve a ser esperanza, promesa y certezas adoquinadas. La piscina vuelva a estar ahí, las charlas vuelven a cortar el aire y las sonrisas vuelven a discernir el ambiente. El verano ha sido el frío de Asturias y será una lluvia final mientras busquemos la Alhambra de Granada. Me gusta el verano, me gusta, sobre todo, saberme acompañado en cada uno de mis planes.

domingo, 30 de julio de 2023

Hacerse el sueco

Durante la antigua Grecia, y posteriormente en Roma, el teatro se convirtió en uno de los entretenimientos preferidos de la clase alta. En un recinto debidamente confeccionado para la ocasión, los actores saltaban a un escenario desde el que nacían varias filas de gradas, para recitar una obra aprendida de memoria y con el fin de satisfacer el deseo de goce de los asistentes.

Para ganar altura en las tablas, junto a los hombres que solían ser más altos, las mujeres comenzaron a calzar un zapato de madera que pasó a llamarse soccus (más adelante, lo conocimos como zueco). Aquel calzado, aparte de distinguir a las mujeres en el escenario, fue utilizado por los hombres cuando estos escenificaban una comedia, pues este calzado les convertían en más vulnerables visualmente, a la vez que toscos y torpes.

Semejante manera de actuar de los comediantes, calzado con aquellos aparatosos zuecos, caló entre el populacho y fue por ello que cada vez que alguien no quería enterarse de algo o se hacía el desentendido, se decía que actuaba como un actor con sus soccus, de manera torpe, mostrándose como poco inteligente, por lo que se comenzó a llamar a esas personas como soccus primero, zueco más tarde y sueco de manera definitiva.

De esta forma, cada vez que alguien hace como que no se entera de algo o quiere hacer ver que aquello no va con él, decimos que se está haciendo el sueco. No le interesa meterse en ese charco; prefiere hacerse el tonto y el torpe y que venga otro detrás, con menos comedia, a resolver el problema.

miércoles, 14 de junio de 2023

En contra de sus intereses

Dicen las estadísticas que el uno por ciento del total de la población española aglutina el noventa y nueve por ciento de la riqueza del país. Eso quiere decir, que de unos cuarenta y siete millones de habitantes, en España hay unas quinientas mil personas que pueden permitirse cualquier capricho. Si, además, añadimos aquellos empresarios de mediano éxito y aquellos empleados que, pese a trabajar por cuenta ajena, tienen una nómina bastante alta, podríamos redondear la cifra a un millón o millón y medio de personas, lo que nos deja a otros cuarenta y cinco millones haciendo cuentas mensuales sobre cómo podremos llegar a fin de mes y rezando y suplicando que no nos falten ni la salud ni el trabajo para poder conseguir que, ya no sólo nosotros, sino, principalmente los nuestros, puedan seguir sobreviviendo.
Existen cuarenta y cinco millones de personas a los que una mala decisión puede dejar sin vivienda, cuarenta y cinco millones de personas que pueden jubilarse poco antes de morir y cobrar una miseria, cuarenta y cinco millones de personas en riesgo de perder su puesto de trabajo, cuarenta y cinco millones de personas a los que cualquier subida en el precio de las energías y combustibles les puede trastocar sus cuentas mensuales, cuarenta y cinco millones de personas que miran al céntimo su compra cuando van al supermercado, cuarenta y cinco millones de personas que necesitan, o pueden necesitar el transporte público para viajar a su puesto de trabajo o a hacer cualquier gestión, cuarenta y cinco millones de personas que, en cualquier momento se pueden ver abocados a cobrar el sueldo mínimo, o peor, obligados a solicitar el ingreso mínimo vital, cuarenta y cinco millones de personas a los que una rebaja mensual en el IRPF les sabe a gloria y a respiro, cuarenta y cinco millones de personas que, siendo mujeres o padres, hermanos o hijos de una mujer, necesitan garantía para ese sexo considerado como débil y tratado como tal, cuarenta y cinco millones de personas que, en el caso de llegar una nueva pandemia, necesitarán el refugio de un ERTE como tabla de salvación y cuarenta y cinco millones de personas que han necesitado, necesitan o necesitarán un empujón en forma de beca para poder cursar sus estudios.

El gobierno de coalición, con todos sus defectos, sus traiciones y sus desplantes de los que podríamos hablar largo y tendido, ha aprobado, en esta legislatura marcada por pandemias, guerras y volcanes, una ley de vivienda que protege al inquilino de los precios abusivos, una subida de las pensiones que protege a los jubilados con menor poder adquisitivo, una reforma laboral que protege a los trabajadores temporales, una aplicación del tope de gas que protege al pequeño consumidor ante el abuso de las energéticas, una reducción del IVA en productos básicos que trata de proteger las listas de la compra, una bonificación el transporte que protege a los trabajadores y estudiantes en sus itinerarios diarios, una subida del salario mínimo que protege a aquellos ya bautizados como mileuristas, una rebaja en el IRPF que protege la nómina de aquellos que cobran lo justo para poder sobrevivir sin poder darse un mínimo capricho, un ingreso mínimo vital que protege a todas aquellas personas en riesgo de exclusión, una ley de garantía de la libertad sexual que protege a todas las mujeres potencialmente víctimas de un machismo aún arraigado en la sociedad, unos ERTES que protegieron no sólo a la mayoría de la población trabajadora, sino también a muchas empresas, durante la pandemia y un aumento, aún muy escaso, en el número de becas que protegen a todos aquellos estudiantes de familias de clase baja que aún tienen el sueño utópico de un mundo donde prevalece la meritocracia.

Entonces, después de ver y analizar todo esto y teniendo en cuenta que las políticas ultraliberales de la derecha española van en contra de las ayudas, subvenciones y servicios públicos, yo me pregunto ¿Por qué la gente vota en contra de sus intereses?

jueves, 18 de mayo de 2023

Pasa la vida

Cuarenta y siete ya. Aún recuerdo cuando inicié este diario de gracias y desdichas, allá por enero de 2009, tenía entonces treinta y tres año y ya me creía mayor y ahora digo eso que dice mi padre cada vez que le recuerdo los que cumplo: "Quien los pillara". Quien pillara ahora esos treinta y tres donde me quedaba todo por delante y mucho menos por detrás.

Pero así es la vida, etapas que se hacen cortas y momentos que nunca son largos por más que nos lo parezca. Miro alrededor y sigo conservando a mi gente y mientras así sea, seguiré celebrando los diecisiete de mayo como un regalo de la vida, porque cumplir no es mala señal, lo malo es ir acercándose al final del camino aunque sepamos que aún nos queda un buen trecho.

Así que soplaré las velas, me dejaré besar, me abrazaré conmigo mismo y celebraré un año más de vida mientras pido de nuevo el único deseo que quiero que me sea concedido. No lo diré, claro, porque todo el mundo sabe que si un deseo se cuenta nunca se cumple.

lunes, 24 de abril de 2023

François Miterrand

Al contrario de lo que sucedía en España, con la aparición del prometedor Felipe González al frente del gobierno, los liderazgos de las grandes potencias europeas caían en manos de tipos rudos y entrados en edad. Viejos elefantes que conocían la jungla y jugaban a la economía mientras nosotros ansiabamos despertar de un sueño eterno.


Todos hablan de aquel tipo como un hombre cálido y un estadista sensacional. Viéndole como adulto, entiendo la importancia que tuvieron sus medidas en la progresista Francia de los ochenta. Pero como niño, mirando hacia detrás, el tipo me tenía pinta de vampiro. Esbozo una sonrisa y recuerdo aquellos juegos de habitación en los que el malo de la película se llamaba siempre François Mitterrand. Cosas de críos. Benditas cosas de críos.

miércoles, 12 de abril de 2023

Ansiedad

Vivimos condicionados por la voluntad ajena, por la obligación de ser, por la apariencia de tener, por la ley del que dirán por la puñetera gracia de la responsabilidad. Por ello, como dueños de un cauce limitado desde el que tratamos de apaciguar las aguas, cuando una tormenta invade nuestro interior y la angustia desata el vendaval, somos víctimas de una sociedad vendida al mejor postor. La voluntad no deja de ser un mando y ordeno, el ser no deja de ser un parecer, las apariencias son escaparates, el que dirán es un camino hacia el abismo y la responsabilidad es una pared contra la que nos terminamos estrellando. Todo el mundo tiene un límite y cuando lo sobrepasamos nos encontramos con nosotros mismos y la mayoría de las veces no nos gusta lo que vemos. Por eso nos rompemos. Por eso somos víctimas de la sociedad.

jueves, 9 de marzo de 2023

Que cada palo aguante su vela

Vicote se sentó ante el televisor para escuchar el anuncio del presidente del gobierno:
- Vamos a suprimir la Seguridad Social.

Por fin, ahí estaba su victoria. Vicote llevaba mucho tiempo machacando a sus conocidos. "La sanidad para el que se la quiera pagar", "¿Qué eso de todo gratis?", "Yo tengo mi seguro privado y por cien euritos al mes tengo todas las coberturas que quieras y además no tengo que esperar dos semanas para que me vea un médico".

Desde que había visto a Abusal en los informativos de la noche el día que le comía la gripe y las consultas estaban saturadas, había sabido que aquel era su hombre. Abusal, líder del Frente Populista Nacional, abogaba por el liberalismo salvaje. "Que cada palo aguante su vela". "Y el que no lo aguante que se vaya".

"España está infectada por tipos que quieren vivir a nuestra costa", repetía Vicote una y otra vez mientras cargaba cajas desde el camión para guardarlas en el almacén del supermercado para el que trabajaba. "Además, yo nunca me pongo malo y si lo hago, para eso tenemos el médico de la empresa". Claro estaba que en su empresa no existían las bajas por medio a verse represaliados.

Así que como agradecimiento a un jefe que nunca conocería y por admiración a Abusal, votó al FPN en las elecciones generales. Y el FPN arrasó porque España estaba llena de Vitotes que se creían clase media pero que, como decía el rojo de su cuñado "Están más cerca del mendigo del parque que del dueño de su empresa". Así que el día que escuchó que la Seguridad Social desparecería y que cobraría más dinero en su nómina, abrió una cerveza de marca blanca y se la bebió de un trago. "Que cada palo aguante su vela. Y el que no lo aguante, que se vaya".

No tardó en recibir una carta de su compañía aseguradora:
"Nos complace comunicarle que la póliza contratada pasará a costarle quinientos euros mensuales a partir del próximo recibo y que las coberturas hasta ahora incluidas pasarán a pagarse como un tratamiento alternativo no incluido en la cuota".

Se mareó, necesitó un médico y entonces supo que tenía que pagarle si quería que le atendiese, así que buscó un baso de agua, trató de tranquilizarse y recordó aquella manida frase de aquel ministro al que tanto admiró de joven: "Es el mercado, amigo".

La subida de la nómina apenas fue de cuarenta euros porque Hacienda somos todos, bueno, casi todos, y de alguna manera hay que compensar, que los chanchullos no salen solos y los chiringuitos hay que pagarlos. La ansiedad por la necesidad de vivir como lo hacía le hizo caer en una depresión, pero no podía pedir la baja porque el médico de la empresa no se la firmaba ¿Dónde quedaban aquellos comprensivos médicos de la Seguridad Social?

Como dejó de rendir, le dieron una cartita con los diez días por año trabajado aprobados en la última reforma laboral y debido a su sentimiento de fracaso se dio al vino hasta el punto de perderlo todo y necesitar un trasplante de riñón con un coste de cuatro cifras que jamás podría pagar. Entonces se acordó de su cuñado y supo que realmente había estado siempre más cerca del mendigo del parque que del dueño de su empresa. Frente a él descubrió un cartel electoral con el lema que aupaba a Abusal a su reelección: "Que cada palo aguante su vela".

Detrás del cartel había un puente, bajo el puente una vía y sobre la vía un tren. "Y el que no lo aguante, que se vaya", dijo en voz baja antes de saltar y dejar España sin uno de los tipos que añoraban una ayuda de parte del Estado.

viernes, 17 de febrero de 2023

Johan Cruyff


Uno puede ser inolvidable por ser el mejor o por la huella que ha dejado en las generaciones venideras. A veces, un legado cuenta más que un título porque las copas adornan, pero los estilos son composiciones artísticas que perduran en la memoria colectiva. Aquel Ajax cambió el fútbol y aquel tipo flacucho que lo lideraba cambió tantos conceptos que aún hoy se analiza el fútbol como si de Jesucristo se tratara. A.C. y D.C. Antes de Cruyff y después de Cruyff.

miércoles, 8 de febrero de 2023

Abuso

Las medidas fiscales, cuando suponen una bajada de impuestos, son un caladero de oportunidades para los ricos y poderosos. Tú puedes quitar el IVA de los alimentos básicos y el panadero del barrio, el tendero de tu calle o el pescadero del mercadillo, se adherirán al plan porque subir los precios en esa tesitura supondría un descaro y una ofensa para la vecina o el abuelo que compran cada día o cada viernes en su establecimiento, pero las grandes superficies, los Mercadonas de turno que saben que el tiempo es oro y escaso y que las familias de hoy en día viven ahogadas por horarios de mierda que les obligan a gastar el mínimo tiempo posible en cosas importantes que han convertido en nimias, se pasan por el forro la medida y siguen subiendo los precios sabiendo que sus horarios de esclavistas y sus estanterías siempre llenas son el único viaducto de salida para miles de ciudadanos y de esta manera se llevan el beneficio de su subida y al mismo tiempo trincan el IVA que dejan de declarar. Todo perfecto, para estos reyes del abuso.

martes, 31 de enero de 2023

Estudiantes

Fue allá en el año noventa y uno, en el viejo Palacio de los Deportes que no tenía patrocinador sino historia, unos diez años antes de salir ardiendo y dejar Madrid marcado por una columna de humo que se llevaba por delante la memoria de los mejores combates de boxeo, las mejores carreras ciclistas y los mejores partidos de baloncesto. En el Estudiantes jugaban Orenga, Pedrolo, Herreros, Antúnez, el Oso Pinone y un tipo llamado Ricky Winslow que imitaba a Michael Jordan. El Barça era un equipazo que terminó sucumbiendo en la final contra el mejor Juventud de la historia. Nos ganaron tras dos prórrogas y obtuvieron el pase a un final que aquel día no merecieron porque ganaron el que posiblemente sea el mejor partido de Play-off de la historia del baloncesto español.

Este último, claro, es un comentario totalmente subjetivo.

Y es que ningún recuerdo tiene más márchamo de épica que aquel que nace desde los tiempos de la infancia o la adolescencia, porque es entonces cuando más nos dejamos impresionar, cuando más tratamos de aprender y cuando más nos captan los momentos. Aún recuerdo una penetración de Antúnez entre fieros defensores, un triple desgarrador de Herreros o esa lucha interminable en la pintura entre Pinone y un legionario impenetrable llamado David Wood. Aquel día me hice de Estudiantes para siempre y aquel día aprendí que la emoción y la pasión vivían más allá de un estadio de fútbol.

Pero todo lo que me prometí aquel día lo fui dejando escapar con el tiempo. No tenía con quien ir y después de prometer mil veces regresar me obligué a cumplir cuando la promesa cayó sobre los oídos de mi hijo mayor. Os voy a llevar a ver a Estudiantes. Dicho y hecho. Cuatro entradas llegaron por sorpresa la mañana de los Reyes Magos y la familia se vistió de domingo para disfrutar de una preciosa mañana de baloncesto.

Este Estudiantes de hoy no es ni la sombra de aquel. En el noventa y uno, era uno de los mejores equipos de Europa y hoy trata de regresar a la ACB mientras llena el pabellón domingo tras domingo, porque si hay algo que no falla esa es la afición, aquella cuya pasión me impregnó el amor a ese equipo y aquella que hizo que mis hijos, como yo hace más de treinta años, viviesen una mañana de baloncesto llena de emoción, magia y familia. Porque más allá de las horas en comandita, este equipo siempre representará los valores de una familia.

viernes, 20 de enero de 2023

Sembrar cizaña

La cizaña es un cereal muy parecido al trigo cuyo grano es nocivo para la salud. Al crecer junto al trigo puede llegar a confundirse con el mismo y mezclar sus granos con él en lo que puede resultar una mezcla dañina.


En una de las parábolas mas recurrentes del nuevo testamento, se habla de que Jesús ordenó a sus discípulos separar el trigo de la cizaña desde su nacimiento, el único momento en el que ambos eran distinguibles pues, de lo contrario, ambos crecerían juntos, se mezclarían y el mal trigo terminaría destruyendo toda la cosecha.

En términos cuantitativos y extrapolando la parábola a la vida cotidiana, el sembrar la cizaña viene a ser sembrar, mediante la palabra, el mal contra otra persona. Cuando alguien se dedica a hablar pretenciosamente contra alguien y termina convenciendo a la masa de la culpabilidad de alguien que realmente no lo es, decimos que esa persona ha sembrado la cizaña. Ha sembrado un mal cereal para que crezca sobre la persona a la que le atacará la duda y se verá acusado, por causa de la envidia o el odio, de algo que probablemente nunca cometió.

lunes, 16 de enero de 2023

Golpe de Estado

El peligro de maniquear las acepciones pasa el banalismo de lo incierto. No es lo mismo prevenir que curar sin heridas, igual que no es lo mismo mentir que contar las verdades a medias. Pero con aquello que difama que algo queda, se termina dando mecha a la dinamita del fanatismo con la duda de qué pasará el día en el que todos los adoctrinados salgan a la calle y vean que este no es el cuento que les habían prometido.

En España hubo dos golpes de estado a lo largo del siglo XX. Uno fue en el treinta y seis, donde unos católicos y ultraconservadores militares defendieron los privilegios de la clase alta y se lanzaron en tromba al ultraje, el asesinato y la barbarie. El otro fue en el ochenta y uno y si no triunfo, cuentan, fue porque el Rey paró el intento. Aunque han pasado tantas cosas con el monarca después que hasta eso está por ver.

Un golpe de estado es un ataque al sistema preestablecido, generalmente obtenido gracias al consenso y a unas elecciones libres y generales. España votó democracia y España vivió en democracia durante casi cincuenta años. Eso al menos creo yo. Resulta demasiado peligroso maniquear las palabras porque cuando ocurra lo más temido, el miedo no tendrá quien lo confronte y la verdad no será más que un caramelo en la puerta de un colegio.

Un golpe de estado es un golpe de estado. Se puede llamar asalto, levantamiento, iniciativa bárbara o pataleta mal gestionada. Lo que nunca será un golpe de estado serán aquellas leyes aprobadas por una mayoría parlamentaria por más que la oposición y la prensa afín se rasguen la camisa haciéndonos creer que estamos en manos de un dictador. Eso es lo que ellos añoran, porque no pueden soportar no tener el gobierno y porque cree el ladrón que todos son de su condición.

Si para ellos consensuar una norma es un golpe de estado ¿Qué no sería perpetuar un sistema judicial a expensas de lo que dicta la ley? La paja en el ojo ajeno se ve con mucha soltura, ahora, la viga en el propio parece que molesta lo justito.