jueves, 28 de enero de 2010

Un giro de tuerca

Hay días en los que te levantas cansado de todo. Las mañanas sombrías son consecuencias de noches de tormenta intelectual. Es como cuando tienes mucha prisa por llegar a algún lugar y los coches se agolpan en la carretera; un atasco de tráfico, algo parecido es lo que yo tengo.

No pierdo la esperanza por lo que está en camino y no dejo de pensar en la ilusión que el vástago despertará en mí, pero hoy tengo esa amarga sensación de estar en el lugar equivocado en el momento equivocado.

Hubiese querido ser muchas cosas y casi ninguna de ellas las he conseguido. Espero que al menos, esta maldita presión laboral no me impida lograr lo que siempre he tenido y siempre he soñado: ser feliz.

Como decía el gran Tomás, "No dejes que nadie rompa tu felicidad". Seguiré girando la tuerca.

lunes, 25 de enero de 2010

La palabra "tonto" escrita en la frente

Debo llevar la palabra "tonto" escrita en la frente.

La última de surrealismo que me he tragado es una absurdez tan grande que me avergüenza hasta tener una mínima preocupación.

Situación: quedada entre antigüos amigos. Comunicación a todos los antigüos amigos incluso a uno que no lo era tanto. Llamada de este último al gilipollas de turno que se las come todas, o sea yo. Petición del que no era tan amigo al gilipollas de que lo cambiemos de día porque él no puede. Compromiso por parte del gilipollas al amigo que no lo era tanto de que se hará otro día. Repaso del calendario por parte del gilipollas y comprobación de que hasta un mes después no podrá volver a quedar. Conocimiento del gilipollas de que al resto se la suda que el que no era tan amigo no vaya. Seguridad del gilipollas que va a quedar mal con alguien sí o sí.

Definitivamente, llevo la palabra "tonto" escrita en la frente.

lunes, 18 de enero de 2010

Mocos a quien no tiene pañuelos

Dice el dicho popular, y valga la redundacia, que Dios da pañuelo a quien no tiene mocos. Viene esto a decir que a menudo encontramos gente con demasiada suerte en la vida y muy poquitas capacidades para aprovecharse de la misma.

Del mismo modo, y en el sentido inverso, podríamos decir que Dios también da muchas veces mocos a quien no tiene pañuelo. Basta echar un vistazo a la situación de Haití antes del terremoto para darse cuenta de la desolación que habitaba en un país extremadamente pobre, desgobernado y maniatado por un caos que lo situaba en los índices más bajos de la pobreza, la delincuencia y la muerte.

Y lo que antes era desolación ahora es simplemente nada. Urge reconstruir un país, urge salvar tantas vidas como sean necesarias, urge poner paz en unas calles que se han convertido en un frente de guerra y urge, sobre todo, mirar de una vez al frente y dar pañuelos a los que tienen mocos. Y quizá la próxima vez que estornuden, el catarro no se converta en pulmonía si no en un simple enfriamiento.

martes, 12 de enero de 2010

Un año después

Volvió a caer la gran nevada y solamente había pasado un año desde aquella otra que me impulsó a escribir mi primer post en este desangelado blog. Ya advertí en mi cabecera que los míos eran los días normales de un tipo normal. Y de esta manera habéis podido saber que mi normalidad se ha movido entre un cambio de trabajo, un verano sin parar, un viaje a París y la noticia de que voy a ser padre entre otras cosas mas banales. Seguiré por aquí porque me gusta desahogarme, seguiré por aquí para que no me digan que soy otro de tantos que empiezan un blog y se cansan cuando han perdido la llama de los tres primeros meses. Yo aún tengo la llama encendida, espero que me sirva para calentar las neuronas y templar el cuerpo porque ha vuelto a caer la gran nevada. Justo un año después.

martes, 5 de enero de 2010

2010

Muchos son los propósitos de cada año nuevo. Adelgazar, hacer deporte (concienciación hecha extensiva a la inscripción anual a un gimnasio al que no terminas yendo más de tres meses), viajar más, ver más a los antiguos amigos. Es cuando llega el final de cada año y haces balance cuando te das cuenta de la cantidad de cosas que has dejado pendientes. Me gusta sentir cerca a los míos y, sin embargo, sé que no hago lo suficiente para mantenerlos. Este año será especial porque seré padre. Mientras termino de asumir ese papel y me reafirmo en mi papel de marido en proceso de ser ejemplar, volveré a apuntarme ese deber de estar más con los amigos. Y es que los tesoros no deberían perderse. Feliz 2010.