Cuando trabajas en una empresa en situación extra delicada, cualquier buena noticia intenta despertarte el ánimo. Como vivimos (o vivo) en un mundo de necesidades, necesitar saber es una constante que no deriva en caída picada. Necesito saber qué pasa y nadie me cuenta. Por eso, lo poco que te dicen, si es bueno, intentas creerlo, y si es malo, intentas buscar a alguien que te desmienta el rumor.
Lo bueno que tiene tomar café por las mañanas con el responsable de tesorería de la empresa es que, tirando de confianza, le puedes sacar alguna buena noticia entre este pantano de inseguridad. Cuando le preguntas por la situación económica y con una media sonrisa te asegura que en marzo cobramos seguro, no puedes evitar respirar profundamente y pensar que si los viernes ya son de por sí maravillosos, este apunta a serlo un poquito más.