viernes, 27 de febrero de 2009

De primera mano

Cuando trabajas en una empresa en situación extra delicada, cualquier buena noticia intenta despertarte el ánimo. Como vivimos (o vivo) en un mundo de necesidades, necesitar saber es una constante que no deriva en caída picada. Necesito saber qué pasa y nadie me cuenta. Por eso, lo poco que te dicen, si es bueno, intentas creerlo, y si es malo, intentas buscar a alguien que te desmienta el rumor.

Lo bueno que tiene tomar café por las mañanas con el responsable de tesorería de la empresa es que, tirando de confianza, le puedes sacar alguna buena noticia entre este pantano de inseguridad. Cuando le preguntas por la situación económica y con una media sonrisa te asegura que en marzo cobramos seguro, no puedes evitar respirar profundamente y pensar que si los viernes ya son de por sí maravillosos, este apunta a serlo un poquito más.

miércoles, 25 de febrero de 2009

Lo que más odio

Existen infinidad de cosas que odio, entre ellas la gente aprovechada, los caraduras, la envidia, la pasividad ante la injusticia, la propia injusticia, que me lleven la contraria cuando sé que tengo razón (ahí entra en juego mi maldito orgullo y mi famosa tozudez), que pierda el Atleti, que gane el Madrid, la gente que se regodea, la prepotencia, la avaricia, la falta de humildad... pero sobre todas las cosas, lo que odio con más rabia y más fuerza es... Madrugar.

Se me pone cara de Jack Nicholson en El Resplandor. Grrrr.

domingo, 22 de febrero de 2009

Ay qué malo vitoriano

Aunque a no me diesen botellines como remedio, sino vino de Ribeiro del bueno, del rico y de buena cantidad, me pasó algo parecido a la maruja con su botellín; se me fue la lengua. Hacía mucho tiempo que no me pasaba y ayer volví a perder los papeles ¿La culpa? Échensela al Ribeiro... y a quien lo bebe.

Qué rico está ¡Copón!

domingo, 15 de febrero de 2009

Tarde de domingo

"Tardes de domingo". Una frase muy repetida por Sagrario cada vez que un domingo pasa de largo y nos pilla amodorrados en el sillón. Por una parte es un buen día porque significa descanso, por otra, es un día en el que no puedes evitar pensar que, al día siguiente, tocará madrugón y una larga semana por delante. Lo peor del madrugón es que, como hayas aprovechado el domingo para dormir de lo lindo (como es mi caso), luego cuesta horrores caer en brazos de morfeo, con lo que el despertar del lunes se hace durísimo y ya lo llevas arrastrando toda la semana. Justo hasta el siguiente domingo... y vuelta a empezar.

Dentro de los hastíos que suelen enfriar estas duras tardes de asueto, queda el consuelo de la jornada de liga. Para ello, en el día de hoy he podido valerme de una estupenda página aconsejada por Suca y, a través de la cual, he podido ver un par de partidos en directo. Y es que a falta de pan, buenas son tortas.

No termina el domingo mucho mejor de lo que empezó en cuanto a expectativas ilusionantes; vi ganar al Madrid y vi como al Atleti le empataban en el último minuto. Y mañana otra vez a madrugar. Maldita tarde de domingo.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Marronaco

Cuando estás acostumbrado a currar mucho pero a tu ritmo, imponiendo tus horarios y tus descansos y sin sentir en la nuca el aliento de ningún superior de corbata, resulta hartamente difícil tener que cambiar la rutina. Llevo ocho años en obras y, la verdad, no me acostumbro a pisar moqueta. No me acostumbro a los atascos, no me acostumbro a los horarios de oficina y no me acostumbro a estar tan rodeado de rastreros que, como yo, no van a ir a ningún sitio. Pero, sobre todo, a lo que nunca me acostumbraré es a comerme los marrones de otros y convertirme en receptor de trabajos que no conozco. Espero que esto se acabe cuanto antes, llegue el dichoso ERE y volver a empezar. Aunque eso sí que será difícil.

sábado, 7 de febrero de 2009

Angustia

Angustioso debe ser sentir sin ilusión y vivir sin vida en la mente. Angustioso debe ser buscar sin encontrar y no saber donde encontrar lo buscado. Angustioso debe ser querer saber y no poder saber ni una palabra. Angustioso debe ser no tener nada y no poder conseguir un poco. Angustioso debe ser vivir sin noticias y morir en la ignorancia. Angustioso debe ser tener una hija y no saber dónde está, querer a una hija y no poder abrazarla.

Angustia debe ser lo que están sintiendo esos padres.

martes, 3 de febrero de 2009

Pagando el pato

Me aterrorizan las cifras. 198.838 parados más en el mes de enero, 3.327.801 parados en total y la tormenta sin visos de escampar.

Los bancos se pusieron a dar duros por cien pesetas, los empresarios ganaron doscientas, los gobiernos se lo permitieron y ahora los curritos pagan el pato. Mientras hay gente que juega a convertirse en gurú de Wall Street, hay otros que planean su futuro acostado en la pared de cualquier calle.

Llevo unos día muy pesimista. Dentro de poco yo engrosaré la lista y no tengo muchas ganas de bromear.

Lo siento.