jueves, 27 de septiembre de 2018

Malas hierbas

Las malas hierbas, esas que crecen en los lugares más insospechados, son las que contaminan la simiente, la que invade el terreno, la que termina por marchitar la flor. La mala hierba es sibilina, intransigente y acaparadora. Se recomienda arrancarla de raíz, pagarla con veneno y, si es posible, evitar que vuelva a brotar.

Una persona tóxica es lo más parecido a una mala hierba en el entramado de las relaciones humanas. Contamina la conciencia ajena a base de chismes, invade el espacio privado a través de su curiosidad y, finalmente, termina por marchitar la mente de las personas firmes, agotadas ante tanta queja y tanta animadversión. Como además son suceptibles a cualquier comentario, su fijación se concentrará en hundir a una persona y, cuando al fin lo consiga, se hará la víctima porque ellos sólo viven para restar, nunca para sumar.

Vivo rodeado de personas tóxicas durante diez horas diarias. Me contaminan la mente, invaden mi espacio y marchitan mi paciencia. Y yo aguanto porque tengo cordura y, sobre todo, porque tengo educación, pero llegará el día en el que los mande a todos a tomar por culo. Y entonces serán la víctima, porque su suceptibilidad les impide ver más allá de sus propia rabia.

miércoles, 26 de septiembre de 2018

La cloaca

La cloaca es ese lugar inmundo y hediondo, soez y nauseabundo, donde viven las ratas, las cucarachas y todo tipo de bicho destinado a alimentarse de la putrefacción. La cloaca es el lugar donde van los desperdicios, la mierda y lo despreciable. La cloaca es ese lugar donde nadie va y donde viven las alimañas dispuestas a invadir tu organismo.

En la cloaca del estado es ese lugar donde se pinchan los teléfonos, se planean los chantajes, se ponen al día las extorsiones, se cuecen las amenazas. En la cloaca del estado gobierna el CNI y, durante muchos años, operó el comisario Villarejo. Él es quien, viendo amenazada su integridad y su prestigio, está destapando ciertas conversaciones que están dejando con el culo al aire al gobierno, a la Casa Real y, por ende, al propio estado.

Resulta curioso comprobar como una conversación secreta en la que una jueza insulta a un compañero, se ha convertido en caldo de cultivo para el ataque frontal. El insulto es feo, soez, inaplicable en estos días. Pero más feo, soez y denunciable son las conversaciones sacadas anteriormente en las que la aspirante a consorte, Corina, deja claro que nuestro rey emérito es un hombre corrupto.

El relato lo escriben los que mandan, eso está claro. Y los que mandan necesitan un gobierno inestable por encima de una casa Real cuestionada. Yo creo que Delgado debería pedir perdón, reconocer su error y, si se demuestra que negoció con Villarejo a cambio de beneficios, dimitir inmediatamente. Pero lo que todos creemos es que la Monarquía debería ser una cuestión de estado y ser ratificada por el pueblo. Quien sabe, igual se sorprenden ellos mismos y les quiere mucha más gente de la que lo dice.

martes, 25 de septiembre de 2018

Haile Gebrselassie

Competir lo hacen todos. La élite es un lugar demasiado intrínseco como para tomárselo a broma. Una vez allí, no valen medias tintas, y en ese lugar donde sólo los elegidos son capaces de reconocer el sabor de la hiel y el olor de la victoria, es donde las mentes más privilegiadas terminan consiguiendo el laurel. Quien compite por placer, conoce el secreto de la voracidad. Cuando Paul Tergat dio lo máximo de sí e inició la recta final en primera posición, nadie era capaz de creer que el pequeño Gebrselassie, con una zancada inferior y el interior de la pista perdido, sería capaz de recomponer la situación. Pero la fe en uno mismo vale tanto como la propia preparación. La gesta de Haile Gebrselassie se convirtió en doctrina olímpica. El espíritu de superación, la actitud, siempre paralela a la aptitud. 


lunes, 24 de septiembre de 2018

Campeón

Presumir es el ejercicio de los mediocres, de los que gastan saliva en nimiedades, de los que gustan del pavoneo en su pozo de crisis, de los que utilizan su vida para restregar una impostura. Es por ello que el refranero español les dedica una chanza y una verdad que ellos no quieren recibir como una apropiación de sus fantasmadas: "Dime de qué presumes y te diré de lo que careces".

Son muchas las ocasiones en las que me encuentro con gente capaz de ponderar su vida hasta un límite inalcanzable. Luego les miro y les escucho y llego a la conclusión de que su vida no es mejor que la mía, pero la única diferencia es que a mí no me gusta hablar.

Cómo soy de los que vierten sus desahogos con letras y sus presunciones con textos, baste este post para encumbrar a ese pequeño campeón que es mi hijo de ocho años. Una vez más, se ha apuntado a una gran caminata conmigo y, una vez más, me ha vuelto a dar una lección de voluntariedad. Doce kilómetros en poco más de dos horas y la abnegación de quien sabe que hace las cosas por placer.

¿Cuándo hacemos otra ruta? Me pregunta. Y yo sigo ideando mis propuestas sin caer en la tentación de la soberbia.

viernes, 21 de septiembre de 2018

Un hombre despiadado

La cara de los políticos se puede asemejar al mármol, dura, impoluta, invariable. Sus actitudes son lo más parecido a la chulería y lo más semejante a la displicencia. Sus palabras se visten de mentira y, cuando se las ven difíciles, de demagogia. Sus promesas no son tal y sus amenazas son sólo cortinas de humo y velos de incongruencia. Y lo peor de todo es que nos toman por tontos.

Compareció Aznar en el Congreso para negar la existencia de una Caja B en el Partido Popular y, de paso, dar lecciones de democracia a quienes le pedían explicaciones. Es la actitud de quien se cree inmune. No sólo niega una verdad sino que además se presenta como un salvapatrias. Él, el inductor del mayor saqueo a las arcas públicas en la historia de nuestra democracia, él, el mismo que, puerta giratoria mediante, se ha llenado los bolsillos con contratos vitalicios y puestos en Consejos de Administración.

Hay algo peor que un hombre despiadado, y es un hombre despiadado que disfruta siéndolo.

jueves, 20 de septiembre de 2018

Ramera

En la Edad Media las tabernas no tenían pomposos carteles ni terrazas a la sombra. Su mejor manera para identificarse como tal, era la de colocar un ramo de flores o una planta en la puerta. Aquello indicaba que el lugar no era ningún aposento particular y que, por lo tanto, allí podía hacerse uso, previo pago, de los servicios gastronómicos que se ofrecieran. Como quiérase que las mujeres que vendían su cuerpo a cambio de monedas estaban mal vistas, estas, al igual que los taberneros, colocaban en la puerta de sus casas un ramo de flores. Aquel símbolo invitaba a los hombres a entrar y, previo pago por los servicios a prestar, podían gozar de los placeres de la carne con la dueña del hogar. A partir de entonces, para omitir en el vocabulario la palabra "puta",el populacho comenzó a llamar a estas mujeres "rameras", puesto que su idenficiación era un ramo de flores en la puerta de su casa. De esta forma, la aceptación del vocablo se ha ido utilizando hasta nuestros días y el diccionario de la RAE lo califica como "Mujer cuyo oficio es la relación carnal con hombres".

miércoles, 19 de septiembre de 2018

Valor

El valor es un bien privado que se convierte, en ciertos casos, en propiedad pública. Porque en el valor viven las decisiones y se implican los motivos. El valor es el correaje que engancha al hombre con su destino y es el recuerdo amargo de lo que pudo haber sido y no sé. Porque cuando falla el valor falla la palabra. Todos creemos ser valientes hasta que llega el momento de serlo. Cuando corremos huímos de los problemas pero, sobre todo, huímos de nosotros mismos. Y es que ya lo dijo Carlos Goñi en una de sus estupendas canciones: "Correr dicen que es cosa de cobardes, pero todos somos carne de cañón. Yo lo soy, y no me importa confesar que más que nadie ¿Por qué aquí quien no es cobarde por amor?".

martes, 18 de septiembre de 2018

Tejer y manejar

Hay ciertas cosas que se dan por supuestas ante ciertos niveles de ocupación. Uno cree que un buen albañil debe saber replantear, que un buen contable debe saber lo que es un libro mayor o que un buen futbolista debe saber pegarle a la pelota. Indistintamente a la profesionalidad del oficio, la carrera de político no muchas veces está trufada de méritos o logros sino que, en la mayoría de las ocasiones, se precisa una mano amiga y un enlace oportuno. Es el problema de priorizar la dedocracia sobre la meritocracia. Aunque, más allá de la falta de méritos cuantitativos, hay algo que siempre hemos supuesto de cada uno de nuestros políticos de élite, y es que todos tenían una brillante carrera estudiantil.

Venga la suposición para hacer frente a la profunda decepción que nos está generando saber como cada uno de nuestros representantes en el Congreso han ido obteniendo sus títulos universitarios gracias a los distintos favores que les han hecho en la universidad. El problema es grave en cuanto a la imagen, pero es mortificador en cuanto al agravio comparativo. Cualquier hijo de trabajador ha de ver como sus padres se endeudan y se privan de una vida de comodidades para conseguir que sus vástagos sean capaces de sacarse un título. Ya no hablamos del respectivo máster, para ello, en la mayoría de las ocasiones son los propios estudiantes los que han de dejarse las manos en trabajos mal remunerados para conseguir un crédito que les permita englosar su currículum.

Todo vale para nuestros políticos. Reirse de la ciudadanía es, por compendio intrínseco, un ejercicio habitual. Practican el cardurismo y encima, cuando les recriminan sus faltas, se hacen los ofendidos. Sinvergüenzas en un mundo de sinvergüenzas. No representan a nadie que no sea a sí mismo y a todos aquellos a los que han de pagar favores. Porque la vida del político puede ser corta, pero si saben tejer y manejar, ellos saben que la vida del millonario puede llegar a ser larga.

lunes, 17 de septiembre de 2018

¿Qué queréis desayunar?





A finales de los ochenta se había establecido el desayuno clásico de los niños de EGB. "Colacao con galletas". Aquello era como un evangelio dentro de la Biblia de los desayunos. Cuando nos despertábamos y encontrábamos en la cocina la taza de colacao caliente, su olor nos evocaba días de colegio y mañanas de recreo con bocadillo de chorizo. En ese instante sabíamos que media docena de galletas maría descansarían en nuestro estómago durante las primeras horas de la mañana.
A medida que pasaron los años, el desayuno, por clásico, se convirtió en tedioso. Fue entonces cuando apareció Teresa Rabal en la tele para cantarnos un estribillo que se convirtió en soniquete diario entre clases; "¿Qué queréis desayunar? Tosta Rica y nada más". Nosotros, que conocíamos Cuétara por el exquisito surtido de galletas de dos pisos que alternaba piezas de chocolate con otras de interminable masticación, nos vimos invadidos, de golpe, por una nueva galleta plagada de dibujitos y con un sabor más caramelizado.
Desde entonces, cada vez que abrimos un paquete de Tosta Rica o de cualquier sucedáneo, antes de dejar que la galleta se ablande con la leche, viene a nuestra cabeza aquel estribillo que tantas veces repetimos durante la hora del recreo ¿Qué queréis desayunar?

viernes, 14 de septiembre de 2018

Marionetas de la vicisitud

Estamos supeditados a un instante. Los planes, como consecuencia de nuestro interés, pueden llegar a trastocarse por un error, un motivo, un despiste. Las persona dependemos de los demás pero, sobre todo, dependemos de nosotros mismos para poder llegar a cumplir nuestra propia organinzación. Somos más marionetas de nosotros mismos que del propio destino, a no ser que este sea un juego de teatro en el que nos representan como marionetas de la vicisitud.

Esta mañana, como cada viernes, había quedado para desayunar con mis compañeros de trabajo. Todo iba programado bajo la capa de la normalidad. Salida a la hora, tráfico espeso y entrada a Pozuelo bajo las condiciones normales. No me quedaban más de tres minutos para llegar. Sólo dos rotondas. En una de ellas, la motocicleta que tenía delante no ha querido aprovechar el espacio para salir y yo, más pendiente del hueco que del motorista, he soltado el embrague para salir disparado. Me he comido la moto. Así, de esa manera. He tirado al motorista al suelo y la moto ha caído a plomo con él.

Preocupación máxima, lamento inmediato, susto incierto. Al final, gracias a nuestra vicisitud, estas marionetas fueron manejadas por el destino con benevolencia. Tanto el conductor como la moto estaban en buen estado. Daños leves, nada que no arregle el seguro y la salud del chico, para mí lo esencial, bien. Todo correcto.

No he podido desayunar con mis compañeros, pero al menos he podido contar una simple anécdota. Los planes dependen de nosotros mismos, un fallo en los reflejos y todo se va al traste. Lo importante es poder contarlo sin tener que lamentarlo.

jueves, 13 de septiembre de 2018

Vuelve la rutina

Vuelven los lunes de asueto, las mañanas de enfado, las horas largas, las despedidas cortas, la fruta a media mañana. Vuelven los días de guardar, el agua en los ojos, la esterilla en el suelo, el crunch inverso. Vuelve el despertador, el agua caliente, la leche con cola cao, el yogur desnatado. Vuelven las noches de padre, los niños jugando, la ropa en el suelo, los dientes limpios. Vuelve el beso por las mañanas, el abrazo, el choque y el doble choque. Vuelve el deseo de un buen día, la anécdota de la asamblea, el semáforo verde. Vuelven los sábados en el parque, las fiestas de cumpleaños, los domingos de pasillo. Vuelve el otoño. Vuelve la rutina.

martes, 4 de septiembre de 2018

Las cosas claras

Deberíamos tener las cosas claras, pero tenerlas todos, dejarnos de medias tintas y demagogias,  dejarnos de pasados ni de futuros, llamar a las cosas por su nombre y si hay que pasar página, como otros instan, hacerlo desde la integridad. Un dictador es un dictador, un caudillo es un caudillo y un cacique es un cacique. Ninguno de los tres términos está relacionado con las libertades, con los derechos y con las ideas. Son términos de imposición, de prudencia extrema, de terror. Vamos a tener todos claro que fue aquel tipo, porque no merece honores y por qué debemos mirar hacia adelante. Claro que debemos hacerlo. Pero para que la fuga no alcance a inundar, primero hay que arreglar las cañerías.