martes, 2 de julio de 2019

Nuestro junio de cada año

Las costumbres son un lugar común al que recurrimos cada vez que organizamos planes. Los planes, cuando se rigen por la costumbre, terminan siempre en el lugar del recuerdo y en la obligación moral de repetirse, porque nada se convierte en costumbre si no pasa una y otra vez por el tamiz de la repetición. Lo peor de la costumbre es cuando se convierte en obligación, porque la obligación implica un compromiso moral que no todas las personas están en condiciones de poder cumplir.

Nosotros, de momento, vamos cumpliendo con nuestras propias costumbres y este año, como los anteriores, nos hemos marchado a la playa en el mes de junio. Hemos descubierto que la última semana del último mes del cole es perfecta por su clima, su precio y su tranquilidad. Tres factores que nos empujaron a iniciar esta costumbre vacacional hace ya cinco años y que hemos repetido, año tras año, mientras las condiciones económicas y personales nos lo han permitido.

Esta vez tocó en Estepona y esta vez, como las anteriores, fue una semana fantástica llena de momentos familiares y anécdotas para el recuerdo. Playa, piscina, paseos y descansos. Lo que son unas vacaciones familiares, lo que quieres que sean cuando te rodea tu familia y quieres disfrutar de su compañía más allá de cualquier otra pretensión.

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