miércoles, 12 de abril de 2023

Ansiedad

Vivimos condicionados por la voluntad ajena, por la obligación de ser, por la apariencia de tener, por la ley del que dirán por la puñetera gracia de la responsabilidad. Por ello, como dueños de un cauce limitado desde el que tratamos de apaciguar las aguas, cuando una tormenta invade nuestro interior y la angustia desata el vendaval, somos víctimas de una sociedad vendida al mejor postor. La voluntad no deja de ser un mando y ordeno, el ser no deja de ser un parecer, las apariencias son escaparates, el que dirán es un camino hacia el abismo y la responsabilidad es una pared contra la que nos terminamos estrellando. Todo el mundo tiene un límite y cuando lo sobrepasamos nos encontramos con nosotros mismos y la mayoría de las veces no nos gusta lo que vemos. Por eso nos rompemos. Por eso somos víctimas de la sociedad.

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