
No pierdo la esperanza por lo que está en camino y no dejo de pensar en la ilusión que el vástago despertará en mí, pero hoy tengo esa amarga sensación de estar en el lugar equivocado en el momento equivocado.
Hubiese querido ser muchas cosas y casi ninguna de ellas las he conseguido. Espero que al menos, esta maldita presión laboral no me impida lograr lo que siempre he tenido y siempre he soñado: ser feliz.
Como decía el gran Tomás, "No dejes que nadie rompa tu felicidad". Seguiré girando la tuerca.
1 comentario:
Pero nene....que te pasa????
Me sorprendes mucho y me preocupas
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