lunes, 12 de enero de 2015

Feliz en tu día

En la sociedad matriarcal en la que vivimos, la figura materna se ha colocado, por derecho propio, en lo más alto del escalafón sentimental. Hablamos de hembras alfa que nacen para dominar el mundo en silencio y son capaces de soportar cualquier dolor con tal de conseguir su fin. Crían a sus hijos con dedicación, los educan con constancia y les enseñan a vivir con respeto y sin miedo. Es normal, por tanto, que ensalcemos la figura de nuestra madre por encima de todas las demás.

Ocurre, sin embargo, que existe un momento de tu vida en la que pasas a compartir cada momento con otra persona. Es la culminación de un proceso que comienza cuando conoces a alguien y termina en el momento en el que no eres capaz de no contarle nada. Entonces sabes que aquella persona estará allí cuando no esté tu madre y que por mucha gente que encuentres en el camino existe una persona que nunca te fallará. En ese momento, colocas a tu pareja en el lugar donde siempre has colocado a tu madre.

Para mí, Sagrario, significa el poder de la persistencia. Podría estar admirándola horas mientras compruebo como es capaz de sacarlo todo adelante. Aparte de la mujer que me ha dado dos hijos, es la persona que me guía por el camino de la vida. Por ello, ahora que llega su cumpleaños, no puedo sino volver a arrodillarme y cantarle el "Feliz en tu día". Ella se merece ser feliz todos los días.

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