lunes, 18 de mayo de 2015

La campaña

Pocas cosas producen tanta vergüenza ajena como una campaña electoral. Ver a los políticos bajarse al barro, actuar con demagogia, prometer mentiras y ejercer el populismo barato sin rubor, produce auténtica grima. Son capaces de montar en bicicleta cuando no son capaces de respetar un carril bici, de hacer un paseo por la televisiones para competir por el puesto de más cani, de disfrazarse, trasvestirse, hacer el ridículo y ofrecerse a debates rancios. Algunos, hasta son capaces de pedir un aplauso a un chico con síndrome de down sin pararse a analizar que su propia subnormalidad está por encima del respeto a una persona capaz de llevar una vida normal. Tontos los hay en todas partes, pero en política abundan. Un auténtico asco.

No hay comentarios: