jueves, 11 de febrero de 2021

Nos va a tocar a todos

Hemos apartado la mirada y tapado los oídos, hemos llegado a pensar que todo es mentira porque, en fin, a quien Dios se la de, San Pedro se la bendiga y si a mí no me toca puedo seguir apostando contra la muerte porque soy inmortal cuando lo que realmente somos es gilipollas. Ni las cifras nos conmueven ni las imágenes nos inquietan, porque hemos llegado a normalizar tanto la tragedia que nos hemos llegado a considerar meros espectadores de la inmoralidad.

Pero, claro, todos somos capaces de aminorar nuestras dosis de empatía porque el bicho, ese que está atacando al mundo, no nos ha rozado de cerca, pero cuando lo hace, ojo, cuando lo hace se nos viene el mundo abajo, expiramos el alma, humedecemos los ojos y nos arrodillamos para implorar un perdón por un pecado que ni siquiera hemos cometido. Y es que esta locura del virus, directa o indirectamente, nos va a terminar tocando a todos.

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