martes, 9 de enero de 2024

La fragilidad de la vida

Dijo John Lennon que la vida es aquello que pasa mientras hacemos planes. Es tan cierto como que no somos conscientes de la fragilidad de la vida hasta que nos encontramos de bruces con nuestra propia interpretación. Un tropiezo puede ser subsanado con una promesa, pero cuando es la muerte la que aparece para arrancarnos las tripas de un zarpazo, es cuando somos conscientes, de verdad, de que estamos aquí de paso y que todos aquellos planes que no cesamos de idear no son más que un cruce de caminos en el que nunca elegiremos la opción correcta.

Nuestro inconformismo nos hace situarnos siempre del lado del qué será, porque cuando lo tenemos todo no somos conscientes y cuando no tenemos nada gustamos de regodearnos en la miseria, pero la realidad, más cruda que torpe, nos habla con frases tan costumbristas que a menudo decidimos hacer oídos sordos y seguir imaginando imposibles con tal de no afrontar el futuro con sencillez. Lo importante es tener salud, nos dicen y es tan elocuente y tan de perogrullo que tratamos de sonreir mientras pasamos palabra y seguimos en el camino por inercia. Muchas veces sin tener claro hacia donde vamos.

La muerte nos ha vuelto a poner de cara a la realidad. Una ausencia en un grupo de primos es un latigazo en el alma y un zarpazo a los sueños de realidad. La prima Gema se marchó rápido, tan rápido que apenas hemos sido capaces de digerirlo. Ya no estará más en los saludos mañaneros, ni en las felicitaciones anuales, ni en los chascarrillos espontáneos. Al final dejamos los planes a un lado y nos acomodamos a situaciones cotidianas; sacar el móvil y pulsar la pantalla. Ya no habrá más emoticonos y sin embargo, los que seguimos aquí, nos quedamos con una triste sensación de oportunidad perdida. Tanto tiempo para poder vernos que al final la vida se nos pasó haciendo un plan en el que no creímos. Y al final nos terminamos viendo enjuagando una lágrima y musitando una promesa. Otra vez será. Quizá. Pero cuando sea, por nuestra dejadez y nuestra manera de vivir de espaldas, será con una menos.

Descansa en paz, prima.

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