miércoles, 11 de febrero de 2009

Marronaco

Cuando estás acostumbrado a currar mucho pero a tu ritmo, imponiendo tus horarios y tus descansos y sin sentir en la nuca el aliento de ningún superior de corbata, resulta hartamente difícil tener que cambiar la rutina. Llevo ocho años en obras y, la verdad, no me acostumbro a pisar moqueta. No me acostumbro a los atascos, no me acostumbro a los horarios de oficina y no me acostumbro a estar tan rodeado de rastreros que, como yo, no van a ir a ningún sitio. Pero, sobre todo, a lo que nunca me acostumbraré es a comerme los marrones de otros y convertirme en receptor de trabajos que no conozco. Espero que esto se acabe cuanto antes, llegue el dichoso ERE y volver a empezar. Aunque eso sí que será difícil.

2 comentarios:

Sagra dijo...

Venga Pablo, anímate; lo del trabajo lo tienes ya prácticamente asumido, debe de ser muy malo hacer un trabajo que no es tuyo, sino lo que han realizado los demás, y debe de ser también muy malo saber que después de lo que estás currando en Madrid hay un punto y final que esperamos que sea el Ere y ójalá sera "Tu Ere" para no seguir penando.
Un besote

lili dijo...

La verdad es que no es agradable comerse marrones de nadie, para que nos vamos a engañar. Pero pronto pasará, estoy con mi hermana este prox ERE no va a ser uno cualquiera, va a ser el tuyo. Y que no te asuste volver a empezar, porque será más facil de lo que crees, pero muchas veces sólo pensarlo da un poco de vertigo. Pero seguro que dentro de poco estamos celebrando que todo ha cambiado y una nueva vida laboral empieza para ti y todo va ir genial. ANIMO!! besos