jueves, 30 de julio de 2009

Madre en llamas

Nuestra madre es la Tierra. Más allá de quien nos parió, nos crió y nos dio una palmadita en la espalda el día que nos marchamos de casa, todos tenemos una madre común que es el planeta que nos empeñamos en destrozar. Cada vez que llega el verano tiemblo por los descuidos, los caprichos y las enfermedades de media docena de tarados dispuestos a arrasar con todo lo que nos hace seguir respirando.

Los bosques reciclan el CO2 convirtiéndolo en oxígeno, ayudan a manterner la biodiversidad y son nuestra única vía de escape a la contaminación que respiramos día sí o día también. Si nos cargamos todo el oxígeno, sin plantas de reciclaje, el efecto invernadero se hará más poderoso y al final todos terminaremos achicharrados como San Lorenzo.

Me revientan aquellos que lanzan colillas encendidas por las ventanillas de los coches, los que montan la merienda en el campo y se dejan todo sin recoger y, sobre todo, los que buscan el pelotazo de la recalificación en un terreno bien sembrado. Esos son los peores porque actúan a conciencia y sin el descuido que puede producir un acto espontáneo.

España vuelve a quemarse como cada verano y en cada árbol que se quema, se quema también un pedazo de nosotros. En las cárceles hay sitio para todo tipo de delincuentes. Para los hijos de puta que queman a nuestra madre, también.

1 comentario:

Angela dijo...

Y parece que no se puede hacer nada, cuando yo creo que si se trabajara mas en los cortafuegos por lo menos se podrían evitar estas grandes amasacres. Vergonzoso que tarados o inconscientes se esten cargando esta madre tierra que nos ha visto crecer en sus bosques. esperemos que esto pare pronto, pero tienes razon todo los veranos lo mismo