martes, 21 de julio de 2009

Sofocos

Debo ser un tipo raro. Me gusta el calor, me gusta asarme. Claro que lo es también porque nunca he sentido la necesidad extrema de sentir un chorro de frío helándome la espalda. Desde la comodidad de mi silla de administrativo todo se ve más fácil; abajo, en la obra, los ferrallas y carpinteros aguantan estoicamente las inclemencias del sol mientras machacan, sueldan y anclan. Esos sí tienen derecho a quejarse.

Camino por la calle y veo a la gente resoplar. En su mayoría, son los mismos que, cuando llegue el invierno se quejarán del frío. El caso es quejarse. Yo lo reconozco, me encanta el verano. Dice Sagrario que tengo un filtro para absorber el calor, puede ser, el caso es que apenas me sofoco y apenas sudo. Yo no me quejaré ahora. Hay algunos que se quejan durante todo el año y yo ya lo haré cuando llegue el frío. Veréis como ahí si me pongo pesado. Lo odio.

1 comentario:

Angela dijo...

A mi tambien me gusta el calor, sera que seremos como unas placas solares o algo asi, y de raros no tenemos nada!!!!!!!!!