Esta es la zona más suave, y posiblemente también la más bonita, de una de las rutas más concurridas de la sierra madrileña; el camino que transcurre entre Cercedilla y el Puerto de Navacerrada, también conocido como “Camino Schmid”.
Fueron cuatro horas de calzadas romanas cuesta arriba, caminos de polvo seco y sendas sinuosas entre pinos centenarios. Una pasada, vamos.
Lo peor fue casi la vuelta. Primero en el tren que llaman “De la naturaleza” y que es un simulacro de tren. Una cascarria de dos vagones que haría su primer servicio en los últimos años del franquismo. Por ello entendimos rápido su precio; cinco euros, viaje y atracción incluidos. Y después segundo palizón del día. Cuatro de la tarde, el chicharrero del peor fin de semana de agosto sobre la espalda y cuatro kilómetros picando hacia arriba para volver a por el coche.
No me extraña haberme pesado esta mañana y haber comprobado que peso cuatro kilos menos que el lunes pasado. Habrá que hacerse una de estas todos los sábados.
Fueron cuatro horas de calzadas romanas cuesta arriba, caminos de polvo seco y sendas sinuosas entre pinos centenarios. Una pasada, vamos.
Lo peor fue casi la vuelta. Primero en el tren que llaman “De la naturaleza” y que es un simulacro de tren. Una cascarria de dos vagones que haría su primer servicio en los últimos años del franquismo. Por ello entendimos rápido su precio; cinco euros, viaje y atracción incluidos. Y después segundo palizón del día. Cuatro de la tarde, el chicharrero del peor fin de semana de agosto sobre la espalda y cuatro kilómetros picando hacia arriba para volver a por el coche.
No me extraña haberme pesado esta mañana y haber comprobado que peso cuatro kilos menos que el lunes pasado. Habrá que hacerse una de estas todos los sábados.
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