jueves, 27 de agosto de 2009

Redes sociales

Desde que las relaciones sociales se fueron informatizando, el afecto ha pasado de ser una sonrisa abierta en la frente a una combinación espontánea de jotas y aes que suceden a la gracieta o al cotilleo. Para ponernos en contacto con un amigo y un familiar ya no necesitamos usar la voz ni la tecla de llamada del teléfono móvil, basta una conexión y un “a ver si está conectado”. Esto de las redes sociales nos está metiendo a todos en un feliz, y a la vez absurdo, agujero de ignorancia. Creemos saberlo todo de los demás y los demás creen saberlo todo de nosotros. Gracias a Dios, aún quedan cañas en los bares y aún no existen camareros virtuales en el Facebook.

1 comentario:

Angela dijo...

Nada puede irremplazar a unas buenas cañas, pero la verdad es que lo pasamos bien en esto del facebook eh?? jeje nos reimos un rato