lunes, 31 de agosto de 2009

La madre que los parió

Andaba yo tan ricamente en mi tercer, cuarto o quinto sueño de la noche cuando me pareció escuchar un accidente de coche. "Serán sueños tuyos", pensé. Intentaba formalizar el sexto sueño cuando me despertaron ruidos de acelerones, frenazos en seco y golpes. Como ya me habían dicho que en la carretera del polígono adyacente, de vez en cuando hacen carreras ilegales, le eché la culpa a un par de flipados que tenían cosas más interesantes que hacer que dejar dormir a quien un lunes tiene que levantarse para trabajar.

Nada más lejos de la realidad. Ha sido sacar el coche del garaje esta mañana y ver un cordón policial rodeando el supermercado Spar de chinos que hay justo al lado del portal de entrada, justo en la esquina de la calle opuesta a la que da la ventana de mi habitación. Mis peores presagios se han confirmado cuando he visto un Opel Astra empotrado, de culo, contra la puerta de entrada del supermercado. Se habían llevado por delante las dos barras verticales de acero que había selladas al suelo, el cierre metálico y la luna. Muy fuerte.

Como le decía yo a mi compañero Quintana cuando trabajábamos juntos: "Amigo mío, estamos rodeados". (De hijos de puta, le quería decir).

1 comentario:

angela dijo...

Joder, vaya susto!!! manda cojones los lokos que hay por el mundo coñe, que se entrtengan en otras cosas, ya le han jodio por unos dias o semanas el chiringo a los chinos!! manda huevos