martes, 9 de marzo de 2010

Las circunstancias

Cada acción, cada error o cada acierto lleva consigo su particular carga circunstancial. Es ese halo que rodea al hecho y que, de un modo más o menos grave, te acaba afectando. El problema surge cuando la carga circunstancial se va haciendo tan grande que resulta imposible sostenerla sobre los hombros. Es entonces cuando te derrumbas. Llevo meses aguantando estoicamente un volumen de trabajo y de exigencias mucho mayor al que realmente debería corresponder a mi puesto de trabajo, como soy de esos tontos que hacen y callan, todo lo que me voy dejando se va acumulando sobre mis hombros. O hago (o digo algo) o el paso acabará por reventarme las costillas. Puedo decir que me siento superado por las circunstancias.

1 comentario:

sagra dijo...

änimo nn, yo se q puedes con esto y con más.