miércoles, 23 de febrero de 2011

¿Dónde estabas tú hace treinta años?

Hay preguntas que, de tanto repetirlas, se terminan convirtiendo en cansinas. Creo que muchos jóvenes de nuestra generación no conocen tanto como debieran lo acontecido el día veintitrés de febrero de 1983 porque, de tanto dar vueltas a la noria, han terminado por cansar al mulo.

Hace treinta años yo era un renacuajo de cuatro años que jugaba en su habitación con los montamán y aprendía a leer en las cartillas Rubio de la época. No era consciente de que aquel veintitrés de feberero fue un día crucial para nuestra historia y la más firme reafirmación de una democracia que hoy en día se ha convertido en pasto libre para el ganado donde especuladores, alcaldes golfos y demás morralla política y social están haciendo su agosto con total impunidad.

Entonces, en medio de lo que se llamaba transición, más de trescientos diputados que aspiraban a europeizar España se plantaron contra un golpe de estado que pretendía regresionarnos en el tiempo otros cuarenta años atrás. No fue así, porque España era un bebé que empezaba a echar sus primeros dientes y tenía ganas de comerse el mundo. Lo malo es que se terminase atragantando. La soberbia fue el pecado de aquellos golpistas y la gula ha sido el pecado de esta España que no termina de encontrar su sitio por más que nos digan que estamos en la Champions League.

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