viernes, 4 de febrero de 2011

El reencuentro

A menudo soñamos con gente del pasado, con viejos amigos que dejamos atrás y que, por la vorágine de la vida, no volvimos a ver pese a que les dispensamos enormes dosis de cariño. Pasa el tiempo y ese "a ver si le llamo" se convierte en un "¿Qué será de?". Recuerdas aquellos momentos de la infancia, los bocadillos en el patio de recreo, los días previos a los exámenes, los trabajos de ciencias sociales, los cumpleaños, los partidos de fútbol, las primeras cervezas en la adolescencia. Todo queda atrás pero siempre hay algo que puede volver.

Las personas, mientras dura nuestra trayectoria por el ciclo vital, tendemos a intentar, a prometer y, a veces, a cumplir. A los que nos gusta rememorar lo bueno y planificar lo que puede ser mucho mejor, nos sentimos encantados de desandar el camino y regresar al lugar de origen.

Mañana por la tarde vuelvo a ver a mis compañeros de colegio. Hace veintiún años que abandoné el Fernando de los Ríos para iniciar estudios superiores y a algunos no les veo desde entonces. El reencuentro va a destilar recuerdos, risas, emoción y nuevas promesas. Ojalá estás si lleguen a cumplirse.

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