jueves, 18 de septiembre de 2014

Otra vendrá que buena me hará

O el mismo perro con distinto collar. Si se trata del espejo por el que se mira, pueden existir muchas percepciones, pero una sola realidad. A menudo celebramos un suceso, ignorantes de que el siguiente golpe de tiempo nos traerá un suceso igual o peor.

El alborozo ante la renuncia de Ana Botella a la reelección como alcaldesa de Madrid, ha cegado la verdad que muestra que a la reina muerta le puede suceder una reina puesta de igual o peor calado. Uno ve la terna de aspirantes y comienza a rezar un "virgencita que me quede como estoy" porque las ideas, más allá de la persona, sobreviven intactas en cada uno de los ideales propios.

La nieta de un general franquista, la delegada del gobierno que llena Madrid de antidisturbios ante cualquier conato de manifestación y la mujer que desplanta con displicencia a los agentes de la autoridad. En esas manos estará Madrid. Otra vendrá que buena me hará.

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