jueves, 29 de octubre de 2020

La fiesta de la vergüenza

Nos restringen la movilidad en horarios y fronteras, nos dicen que no podemos juntarnos en familia, nos

condicionan la vida con medidas que, las protestemos o no, son necesarias. Y yo lo acepto todo porque sé que lo más importante es la salud, que hay que quedarse en casa y moverse lo menos posible y reducir la vida social a la nada. Pero después de pedirnos a todos el mayor sacrificio de nuestras vidas, van ellos y se plantan en un evento social con ciento cincuenta invitados y hasta las tantas de la noche. Sin distancia, sin mascarillas, sin predicar con el ejemplo. Mira que no me gusta ser demagogo y odio caer en comentarios populistas, pero esta vez no me lo puedo aguantar: "Váyanse ustedes a la mierda".

No hay comentarios: