martes, 31 de agosto de 2021

El precio de la luz

Que a nadie extrañe si dentro de unos años alguno de los representantes del actual consejo de ministros o incluso el propio presidente del gobierno, acaba en el consejo de administración de una de las grandes empresas de energía. Porque el sistema de puertas giratorias, tan dado a utilizar y tan poco dado a omitir, funciona así; favor con favor que paga.

El precio de la luz sube escandalosamente, yo diría que vergonzosamente y mientras las familias humildes han de hacer trucos para sobrevivir, los políticos se dedican a tirarse barro unos a otros al tiempo que sonríen por lo bajini sabiendo que ellos no manejan el mango de la sartén y que, si lo hiciesen, volvería el giro de la puerta a llamar a su futuro para hacerles saber que, como dijo Rodrigo Rato en su momento de esplendor: "Esto es el mercado, amigos".

Cuando la realidad es que, lo saben ellos, y lo sabemos nosotros, todos estos lodos vienen de aquellos polvos que ensuciaron el camino. El PP, desde el gobierno, facilitó una ley que atentaba contra el principio de competencia y las empresas de energía aprovecharon el giro a su favor para reventar el mercado. Pero no todo es culpa del PP, porque el PSOE, que entonces clamaba por una bajada de la luz, se ha visto con los pantalones en el suelo y el culo amoratado. No van a intervenir el mercado porque no les interesa hacerlo, no va a bajar el precio de la luz por más impuestos que bajen y por más tuits que traten de poner. Y mientras Podemos sigue enfrascado en sus guerras por el lenguaje inclusivo, la derecha saca rédito de sus promesas de humo para hacernos creer que ellos tienen la solución a todo. Los causantes del problema como solución al problema. Y todavía habrá gente que creerá que cuando gobierne la derecha bajará el precio de la luz. Tururú.


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