jueves, 18 de noviembre de 2010

El horizonte

La ventana al mundo que nos ha abierto el boom de las nuevas tecnologías nos ha facilitado el fin de muchas frustraciones. Durante muchos años me anduve preguntando qué fue de todos aquellos compañeros que disfrutaron conmigo aquellas mañanas de recreo, bocadillo y clases de matemáticas. Por la indisoluble orden de los designios, cada uno de nosotros hubo de emprender una vida cada cual más lejos que la de su compañero.

Ha sido gracias a Facebook que, tras un concienzudo proceso de búsqueda, muchos de los antiguos compañeros del colegio nos hemos podido encontrar unos a otros. Ahora somos más viejos, más gordos y más calvos. La mayoría somos padres. Y ellas, seguro, seguirán estupendas. Estoy deseando comprobarlo. En principio ya hay fecha para la cita y yo no veo el momento de traspasar el horizonte.

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