miércoles, 6 de julio de 2011

Cierre

Cada principio mes, por caprichos del calendario contable de la empresa, he de enfrentarme al cierre económico de la obra con datos respectivos al mes anterior. Este hecho, común en todas las empresas, no tendría la mayor dificultad si las cosas se hiciesen bien, a tiempo y con mesura. El problema es que, a seis días vista, el jefe de obra prefiere obviar de su calendario los días uno, dos, tres, cuatro y cinco y prefiere comenzar con el cierre el mismo día seis. Consecuencias: prisas, datos mal metidos, horas intempestivas y malas caras. Hoy, como muy tarde, no me puedo marchar más tarde de las ocho, y creo que aún no lo sabe. Lo que yo si sé es que pondrá cara de Federer cuando juega contra Nadal y lo que también sé es que estoy hasta los cojones. Qué asco me da este tío, coño.

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