
Yo apenas monto en bici, casi ya no hago ni deporte y ando enfrascado en varios frentes desde que inauguré mi vida de padre. Pero, como Induráin, tengo claro que los días de frío sufro más de lo corriente. Me muevo mejor con el calor, me animo más, sonrío más. Es por ello que este verano primaveral me está decepcionando más de lo que debería; soy hombre de sol y estos fríos mañaneros, después de lo mal que sienta madrugar, me cabrean. Con lo que me gusta a mí el calor.
2 comentarios:
Eres de los míos, Pablo, jajajaja. De todos modos, en verano me quejo del asfixiante calor, y en invierno, del insoportable frío. Pero sin duda prefiero el calor, algo que puedo combatir con más facilidad y que no me obliga a cargarme de ropa para terminar pasando solo un pelín menos de frío. Para colmo, cuando se me congelan las manos pierdo hasta el sentido del tacto, no hay nada más agobiante. Aquí en Jerez llevamos, con hoy, dos días de fresquete y ayer incluso chispeó varias veces por la mañana. Qué tendrá que ver la lluvia con el 1 de Agosto... lo mismo que una hucha y un balón, por ponerte una comparación clara y concisa, jajajaja.
Un saludo, Pablo!
Ojo que yo tengo una hucha con forma de balón con el escudo del Atleti. Jajajaja.
A mí el frío me agota. En verano puedo caminar durante mucho rato sin cansarme, sin embargo, en invierno, ando cinco minutos y ya estoy entumecido. Y luego está lo de la ropa, como tú dices, que no es lo mismo ponerse dos prendas en un minuto y calzarse unas chanclas que tardar diez minutos en la camisa, el jersey, el abrigo, la bufanda, los guantes... Un rollo.
Un saludo, Álvaro.
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