martes, 20 de noviembre de 2018

Crisis judicial

La crisis judicial pone al descubierto una de las mayores desvergüenzas de nuestra democracia; esa que indica que nunca fueron independientes el poder legislativo y el judicial. Si los jueces están preponderados por una opción política, nunca serán lo suficientemente equitativos porque pondrán por encima los intereses personales por encima de la justicia. Cuando la justicia deja de ser justicia, todo país pierde su salud democrática.

PSOE y PP se reparten los jueces como los dos niños más fuertes de la clase se reparten los caramelos de un cumpleaños en la puerta del colegio. Para tí los de fresa y para mí los de menta y los de limón para el resto; y uno para cada uno. Nos han pintado la democracia con un color tan deslumbrante que, basta rascar un poco y comprobar como la pintura se desquebraja. Porque aquí siempre ganan los fuertes y siempre pierden los pardillos.

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