miércoles, 6 de noviembre de 2019

Preparados para la gran hostia

Los aires de grandeza suelen conducir a la soberbia, la soberbia a la autoconfianza y la autoconfianza a la ceguera. Ciegos como murciélagos, pero desorientados como moscas en invierno, los miembros del gobierno no han sabido calibrar el peso de la roca que se les cae sobre la cabeza. Sin saber gestionar los egos y, sobre todo, las crisis institucionales, se verán abocados a una hostia para la que se van preparando mientras observan como, quienes les empujaron a la repetición electoral, se frotan ahora las manos y, como Hannibal Smith, apuran su habano mientras recitan de memoria aquello de "Me gustan que los planes salgan bien".

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