lunes, 24 de febrero de 2020

Rutas

Los días soleados de febrero que nos ha regalado el cambio climático ha provocado un cambio de planes estructurales en la convivencia familiar. Lo que antes eran sábados de manta y sofá ahora se han convertido en sábados de actividad. Ya el año pasado aprovechamos la adelantada primavera para hacer unas salidas a lugares desconocidos. Aquella vez no empezamos muy lejos; Ontígola y Parque Polvoranca, y rematamos en Horcajuelo de la Sierra, un precioso pueblo con una ruta de senderismo muy recomendable.

Este sábado le tocó a La Senda El Horizontal de El Escorial, con la diferencia de que esta vez Sagrario se apuntó con nosotros. Normalmente ella se queda en la cama descansado después del turno duro de noche, pero aprovechando la libranza del viernes quiso vestirse de senderista y acompañarnos en nuestro devenir por el monte.

Es agradable disfrutar de la naturaleza con la familia, es agradable poder compartir una pasión con la gente que más quieres. Correr, caminar, hacer el tonto, comentar enseñando, mirar aprendiendo, observar, saludar al resto de senderistas, imaginar donde está el fin, regresar al lugar donde te has dejado pendiente una foto, ver caer el agua, respirar aire puro y terminar con un almuerzo y muchas risas escuchando las tonterías de Ángel.

Es por eso que los chicos me están pidiendo que volvamos a salir de ruta en cuanto llegue el fin de semana. Yo les diré que esperaremos a ver como responde el tiempo y, si este sigue siendo tan benevolente, seguiremos haciendo planes en familia porque compartir pasiones también forma parte del aprendizaje y la herencia social que a cada uno de ellos le quedará en la memoria.

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